Mario Villarreal lleva 14 de sus 61 años en la Agrupación Folclórica Villa María. Es el hombre responsable desde hace 12 años que empezaron con las peñas -los primeros- del popular e irrepetible locro que cada noche se multiplica por 1.000 porciones.
“Todo empezó con un receta escrita en un papelito por Juan Carlos Ferreyra”, recuerda. De allí, con un poco de creatividad, mucha disposición por ofrecer lo mejor y “mercadería de primera calidad”, surgió el plato favorito de los visitantes en las peñas.
“Yo vivo las noches de peña acá, cerca de la paila, con mucho calor y con ganas de ver el espectáculo que se ofrece en el escenario sin poder hacerlo. Pero estamos con gusto porque la verdad es que lo que recaudamos con la peña, es el motor económico de la agrupación que permite a los chicos viajar y prepararse de la mejor manera”, explicó.
Lamenta que este año, con los cambios de ubicación, a la Agrupación Folclórica Villa María le quitaron el 50% de su capacidad para albergar al público. “Vamos a tratar de que el año que viene nos den algo más. Es importante para nosotros”, indicó.
Pese a todo, cuando pasa la medianoche, raspan la olla porque ya vendieron todas las porciones de locro y todos los alimentos que se preparan.
“Este año hay menos gente circulando, o al menos, es lo que parece desde acá. Habría que ver qué se hace para que vuelvan todos a dar la vuelta en cada noche de peña”, concluyó el maestro del locro.