Nunca descansa en los laureles ni se presta a concesiones oportunistas. León Gieco confirma, cada vez que sube a un escenario, que un artista es aquel que aporta a la sociedad un sentido estético y ético ineludible, más allá del estilo que emprenda, más allá de sus compromisos con causas particulares. Que plasma una obra que trasciende y que conmueve.
Antes de comenzar su show, León -el primer artista luego de la apertura oficial y presentado por Rony Vargas como un juglar de la actualidad- dejó su espacio para presentar el documental "Mundo Alas", un noble y ambicioso proyecto que retrata una gira por todo el país con un elenco de artistas con capacidades diferentes que acompañan al cantautor de Cañada Rosquín en sus actuaciones.
Como parte de la propuesta, que luego se cristalizará en una película (a estrenarse el 26 de marzo), un álbum, un libro y en diez capítulos para el Canal Encuentro, León otorgó en la noche de ayer la oportunidad de actuar a la pareja de danza compuesta por Demián Frontera (en silla de ruedas) y Sandra para interpretar "La memoria" y al guitarrista Alejandro Dabio para recrear "La colina de la vida" y "El fantasma de Canterville". Años atrás, Gieco había convocado a un grupo mayor de artistas especiales para presentarse en nuestro festival, pero sin el amparo del proyecto detrás, que iniciara luego de haberse organizado el recital "Un Salón Blanco diferente", en Casa Rosada. En conferencia de prensa, el cantor santafesino confesó acerca de "Mundo Alas": "Soy uno más de ellos".

@ Con Fabricio

Ya en el desarrollo de su espectáculo, el compositor -quien finalmente no arribó con la banda D-Mente como se había comunicado anteriormente sino con su conjunto habitual junto al guitarrista Kubero Díaz- se despachó con sus clásicos en plan de rescate emotivo. "Todos los caballos blancos", "El país de la libertad" (su primer tema publicado en los tempranos años setenta), "Malas condiciones" (explícita crónica en los tiempos de dictadura militar que interpretara en su época Claudio Gabis), "Chacarero de aduana" (dedicado a Víctor Jara) y "La guitarra" (compuesto junto a Yupanqui), entre otros.
Al momento de recrear "La mamá de Jimmy" (de la época de Porsuigieco), invitó al villamariense Fabricio Rodríguez, a quien lo presentó como "el mejor armoniquista del mundo".

@ El inicio

Como en la primera velada, la segunda noche festivalera comenzó a las 21 con los artistas que redondearon la previa: el prometedor solista Cristian Ravera de Alta Gracia (en su tercera presentación consecutiva en este evento) y El Angel Nicolás, de nuestra ciudad.
La apertura formal, veinte minutos antes de las 22, contó nuevamente con el ballet de la academia Flor del Ceibo acompañada por la Orquesta Estable. Luego, Valeria Lynch ataviada en un sensual vestuario recreó como el viernes: "Piensa en mí". No restaba más que el lanzamiento de los fuegos artificiales adherido al grito eufórico y característico de Miguel Borsatto: "Peña y corazón abierto". Antes de finalizar el espectáculo visual, el “Gringo” había dejado el escenario para dar paso -instantáneamente- a Rony Vargas.

@ Lo que restaba

Al cierre de esta edición, la grilla de artistas continuaba con diferentes incursiones como las del Gato Peters, el conjunto local Los Soñadores (que fueron reprogramados, ver página 15), Los Cuatro de Córdoba -que subieron cerca de las 24- junto a Piero. Luego Gian Franco Pagliaro, el Chaqueño Palavecino y el cierre bien entrada a la madrugada, y como broche de oro, con Jairo y Cacho Buenaventura. En el promedio estaba pautado un homenaje al autor de la letra de la "Zamba para Villa María", Adalberto Otero Wilson.

@ Se dijo

Gieco: consultado sobre su postura en el conflicto reducido al simplista antagonismo "campo-gobierno", Gieco fue, una vez más, contundente: "Yo estoy a favor de los campesinos sin tierra. Ni el Gobierno ni esos tipos como De Angeli estuvieron a favor de ellos. Esa gente que recibió tierras que nadie utilizaba y después de levantar pueblos enteros, el hijo de puta de Juárez (en Santiago del Estero) les vendió las tierras por teléfono a los porteños. Por eso digo, que el problema entre campo y Gobierno los solucionen ellos".
Trovadores: una de las perlas de la noche resultó el merecido homenaje a Los Trovadores, el conjunto que a fines de los sesenta fue elegido como padrino del festival. El grupo que renovara estéticamente el folclore tradicional y aportara uno de los mejores ejemplares de cuartetos vocales, esgrimió en escena el clásico "Para ir a buscarte" y "Malambo", entre otros. Al momento de su conferencia de prensa, los veteranos integrantes lanzaron agudas críticas a la escena musical contemporánea.