A partir del 10 de abril, el área cognitiva de la Fundación para el Progreso de la Neurología (Fupron) comenzará con la realización de un taller de estimulación cognitiva, dirigido a “personas que presentan cierto grado de disfunción, que no llega a ser una patología, pero sí es una queja cognitiva como el hecho de no poder continuar con el hilo de una conversación, no retener lo que se leyó en un libro o en una noticia, el clásico ‘lo tengo en la punta de la lengua’, no recordar nombres propios”, explicó Débora Escalzo, integrante del equipo del área cognitiva de Fupron.
En este sentido, y si bien esta será la primera edición de dicho taller, la Fundación trabaja desde hace ya algunos años con el centro de día al cual asisten pacientes y se trabaja mediante “un tratamiento no farmacológico, que es el método de la estimulación cognitiva, combinando ciertas actividades a través de las cuales se estimulan las funciones que aún conserva el paciente con el objetivo de ralentizar el proceso degenerativo que es normal a este tipo de afecciones del sistema nervioso”. Entre las actividades se encuentran aquellas destinadas al lenguaje, que comprende también el lógico-matemático; a la memoria y a la atención, a las funciones ejecutivas. “Están diagramadas para que el paciente pueda tener un aprendizaje positivo, ya que no nos interesa que se encuentre con imposibilidades, sino con posibilidades”, argumentó Renata Minelli, otra de las integrantes del área.
“Las ‘quejas’ cognitivas afectan la vida cotidiana”
Sin embargo, y para atender a los pacientes de manera diferenciada según las necesidades y el caso específico de cada uno, el taller de estimulación cognitiva se enfoca en la prevención. “Las quejas cognitivas, si bien no son una patología, afectan la vida cotidiana y se manifiestan en general mediante falencias en la memoria. Lo importante es no naturalizar esto mediante el argumento del avance de la edad. Si bien en la adultez hay un declive de las funciones cognitivas no necesariamente se debe relacionar con la edad cronológica”, explicó Escalzo.
“Lo que se busca es mantener activo el cerebro, activar la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro de adaptarse a los cambios y, a partir de ellos, que el paciente pueda solucionar diferentes problemas que se relacionan con las actividades de la vida diaria”, agregó la psicopedagoga.
Asimismo, Minelli explicó que el taller es “un programa que tiene estrategias, y que a partir de intervenciones se aborda la neurorehabilitación”. Por otra parte, explicó que “es bueno tomar al cerebro como un músculo y por ello estimularlo mediante ejercicios. Muchas veces se deja de lado la actividad cerebral y se centra en la actividad física, pero ambas son importantes. Minelli además contó que “las quejas cognitivas se presentan en diferentes edades, aunque en la adultez hay un declive natural de las funciones del organismo y por eso el taller se enfoca en la edad adulta, que además es un grupo vulnerable, por situaciones de desprotección, de soledad o pasan a jubilarse después de una vida laboralmente activa, entonces se presentan una serie de factores que predisponen al adulto a presentar alertas rojas en cuanto a la memoria, por ejemplo”.
El taller tendrá una duración de tres meses, con clases una vez por semana, de una hora y media por la tarde en la sede del área en calle Santa Fe 1224.