Escribe: Lic. Alfredo Koncurat
Sin dudar el principal problema macro por delante es la inflación, problema al cual el Gobierno apuntó todos sus cañones, incluso accediendo a reformular conjuntamente con el FMI el ya nada creíble índice de precios.
Lamentablemente todo indica que la decisión es tomada algo tarde, el daño en la credibilidad ha sido de tal magnitud que parece ser que ya poco importa el dato que aún auditado anuncien desde el INDEC, ya pocos les creen; y ya se sabe: sin credibilidad la política económica pierde su eficacia.
Expectativas positivas o negativas
La economía es una ciencia social y como tal es una disciplina no experimental; es decir: los factores nunca se pueden reproducir en laboratorio y las recetas pragmáticas surgen de situaciones históricas parecidas pero nunca iguales.
Es así como del aprendizaje revisionista hoy en el mundo no se discuten los signos de las repercusiones de determinadas políticas macroeconómicas como por ejemplo un ajuste fiscal o una flexibilización monetaria; por supuesto, distinto es estimar con precisión el grado de estos efectos y sus consecuencias. Finalmente, el desenlace de las políticas macro como muchas veces se ha hecho mención en este espacio dependerá de las expectativas sociales.
Estas expectativas juegan un rol preponderante en la eficacia de la política económica, lamentablemente para dificultar aún más el análisis macro estas son variables relevantes pero difíciles de medir y cuantificar.
Si bien la teoría económica contemporánea contempla las expectativas en sus modelos, las mismas son volubles y dificultan el sumo grado la precisión en la estimación analítica. A pesar de estas limitaciones conceptuales, de más está decir que a fuertes expectativas negativas mayores dificultades tendrá el ejecutivo de turno en lograr éxitos con sus medidas, y lamentablemente muchos son los indicadores que nos muestran la fuerte desazón general.
El índice de Confianza del Consumidor, uno de los más relevante de expectativas económicas obtenido por la Universidad Torcuato Di Tella nos señala un notable deterioro en los últimos valores. Toda esta tensión recae en una mayor precaución a la hora de tomar decisiones de consumo, los números hablan por sí solos: la venta de motos se desplomó en más de un 60% interanual en febrero mientras que en el mismo mes el patentamiento de autos 0km sufrió un abaja del 8,45% interanual.
Tal vez el dato más significativo lo presente la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), donde nos muestra que el consumo minorista tuvo una relevante caída del 6,5% en febrero, valor solo comparable a los malos meses de años anteriores.
El escenario se muestra incierto, con un promedio en la demanda paritaria en torno al 35% el control de los precios se muestra harto complicado, tal vez el más y relevante dato coyuntural positivo sea el enorme volumen esperable de la cosecha de soja. La Guía Estratégica para el Agro (GEA) pronosticó que el rendimiento de la soja en la región núcleo "superaría holgadamente el promedio de los últimos cinco años”, incluso la propia presidente anticipó que la previsión de producción de soja para 2014 podría llegar hasta una nueva marca récord de 55 millones de toneladas.
Los dados están tirados, mientras se espera la lluvia de sojadolares el consumidor se muestra cauto y precavido, tal vez el mundial ayude a distender los ánimos y a la venta de televisores pero esto difícilmente revierta los que parece una fija: 2014 será un año dificultoso de escaso crecimiento.