Redacto estas líneas con motivo de comentar un problema ocurrido en mi negocio de la ciudad.
Soy un joven emprendedor que luego del cierre del local en donde trabajé decidí abrir un emprendimiento propio vendiendo pertenencias personales.
Al correr de los meses mi proyecto comercial con esfuerzo y buena voluntad comenzó a crecer y abarcar nuevos mercados, proveedores y servicios.
Hace unos meses decidimos, en nuestro propósito por brindar el precio más rentable del interior del país en los productos que ofrecemos, incorporar un Posnet de tarjeta Mastercard para que nuestros clientes tengan la posibilidad de abonar en cómodas cuotas y así estar más cerca de ellos.
Luego de efectuar las primeras ventas adquirimos compromisos mediante valores de nuestra empresa a fechas estimativas que debían de abonarnos estas compras.
Al ver transcurrir el tiempo nos comunicamos con Mastercard donde nos liberan una cuenta para ver las liquidaciones por las cuales en concepto de ventas por valor de 36 mil pesos sólo recibimos 24 mil por descuentos que nos parecen agobiantes para una pequeña empresa y extremas de sumar en porcentaje a un cliente que no puede abonar en efectivo y utiliza este medio.
De todos modos el problema puntual no era ese, sino el siguiente: Mastercard nos informa que el dinero lleva ya girado a nuestro banco ICBC varios meses y a éste debemos reclamarle.
En virtud de lo conocido, imprimimos las pruebas enviadas por Mastercard y nos dirigimos a la filial del Banco, donde la respuesta es totalmente incompetente.
Nuestro asesor de cuentas no sabe resolvernos el problema y sólo se escuda en que desde Buenos Aires no envían una respuesta.
Venimos desde hace largos quince días renegando con esta falta de respeto por parte de un banco con carísimos aranceles, del cual recibimos cartas de aviso de aumento de las cuotas pero no con una respuesta de este grave problema.
Un banco, que brinda un servicio más que nefasto.
Al día de la fecha luego de enviar numerosos correos electrónicos a la sucursal y a Buenos Aires, además de ir personalmente a hablar con el señor Primo nuestro oficial de cuentas y luego de sentirnos una molestia (valga la redundancia) me siento en el deber de contarles lo que nos sucede, el daño que esto ha causado a la estructura de nuestro comercio y sobre todo los malestares emocionales de saber que no sé en donde está nuestro dinero y no encontramos a nadie que nos responda el teléfono o al menos nos diga cuál va a ser la solución.
Emanuel Luis Sofía
DNI 37.288.057