Escribe NET

En medio de la complejidad de un país con fuertes divisiones, tensión social y preocupación por los avatares de la economía, el socialismo tiró la piedra y anunció el lanzamiento en abril del frente político denominado UNEN.
Ante un auditorio colmado por dirigentes y militantes socialistas, el diputado nacional Hermes Binner avaló la política de alianzas y largó al ruedo la fecha del 22 de abril para presentar formalmente, en el teatro Broadway de Buenos Aires, el espacio que “unirá” a Elisa Carrió y Alfonso Prat Gay (Coalición Cívica), Julio Cobos y Ernesto Sanz (UCR), Fernando “Pino” Solanas (Proyecto Sur), Humberto Tumini y Victoria Donda (Libres del Sur), Margarita Stolbizer (GEN) y Martín Lousteau (UNEN).
“Un partido solo ya no puede ganar elecciones ni gobernar", sentenció Binner ante el fervor de sus seguidores.
Sin duda, su máxima expresada en el congreso anual partidario es parte de una realidad que va cobrando forma durante este 2014 que llegó con dureza y sin concesiones.
Es y pinta ser un año muy complicado. Con nuevas y viejas frases. Ya están “de moda” dichos como “precios cuidados” (o descuidados, según el cristal con que se mire), “reasignación de subsidios” y otras variantes del idioma político.
No será fácil el año 2014. Ni para los ciudadanos ni para los políticos.
En la previa de un tiempo electoral, la oposición va ubicando sus fichas en el tablero. Y allí, jugando con diversos colores están los UNEN y los desunen.
“Dada la complejidad de problemas y diversidad del país, es imprescindible arribar a acuerdos”. Palabras de Binner en Rosario.
Los acuerdos siempre son imprescindibles y más cuando en la carrera rumbo a la Rosada está un peronismo que se ha caracterizado por los pactos a lo largo de su historia.
Los que sueñan con llegar al poder, desde un rol opositor, tendrán que trabajar sin descanso para afianzar los hilos de un frente sin quedar enredados en la tela de “los muchachos de Perón” que van encontrando la manera de pelearse, disputar espacios y terminan cantando “todos unidos triunfaremos”. Esta situación se ha dado en los últimos años.
También es parte de nuestro proceso democrático la necesidad de cambios.
El progresismo representado, en parte, por el socialismo está demostrando entender las señales y apuesta a una unión que tiene, como todo, sus detractores.
Córdoba es uno de los puntos complicados para tejer alianzas. Luis Juez ya dejó claro que “no se juntará” con determinados sectores del radicalismo y ciertos sectores del radicalismo ya pusieron sobre la mesa su oposición a las alianzas.
Para pensar con seriedad en un nuevo frente político, las internas deben quedar en segundo plano.
¿Será eso posible?

Hombres en pugna

Al conmemorarse cinco años de la muerte de uno de sus líderes más queridos, Raúl Alfonsín, los radicales están recorriendo un camino espinoso.
Desde distintos ángulos, conocidos referentes locales apuntaron sus dardos contra el diputado nacional Oscar Aguad.
El coqueteo de Aguad con Mauricio Macri le crispó la cabellera a más de uno. Muchos lo expresaron en voz alta a través de la red social (ver recuadro), otros lo susurran en voz baja, pero Aguad ya tiene bajado el pulgar de numerosos correligionarios.
El homenaje de José Manuel de la Sota a Eduardo Angeloz fue otra señal de los momentos que corren en las filas radicales.
El recuerdo de la implementación del Programa de Asistencia Integral de Córdoba (Paicor), hace 30 años, vino de la mano de un peronista. Increíble y creíble al mismo tiempo.
Así es la política.
En la misma semana, y mientras Angeloz se “emocionaba” con la plaqueta entregada por el gobernador, el legislador provincial de “Identidad Radical”, Dante Rossi, fue muy crítico con el Gobierno provincial.
Pero no quedó allí su intervención. En la misma semana que Binner lanzó la fecha para la constitución de UNEN, Rossi le disparó a uno de los principales referentes del Frente Amplio, el senador Luis Juez, y afirmó (palabras más, palabras menos) que “no se puede pensar en llegar al poder por un acto de magia electoral o a través de alianzas con candidatos taquilleros”.
En ese contexto político, los UNEN tendrán que saber lidiar con los desunen.
Sin duda, “hay un tiempo para hablar y hay un tiempo para callar”. La clase política, en un significativo porcentaje, no mide esos tiempos.
No será tarea fácil para los dirigentes nacionales comprometidos con el nuevo espacio alinear las diversas opiniones que se mueven en el seno de un radicalismo que, por momentos, parece “olvidar” la “cintura política” de sus grandes hombres.
No viene mal en esta fecha recordar una de las frases del expresidente Raúl Alfonsín.
“El pluralismo es la base sobre la que se erige la democracia y significa reconocimiento del otro, capacidad para aceptar las diversidades y discrepancias como condición para la existencia de una sociedad libre”. Lo dijo en su discurso de Parque Norte, en 1985.

Golpe bajo

Durante la semana que pasó, el radicalismo también recibió un golpe bajo que no se condice con el pluralismo y el respeto que le dan base a la democracia.
No fue buena la decisión del oficialismo, en un momento clave del país, de vetar la designación de Julio Cobos al frente de la Comisión de Educación.
Lo más sugestivo del caso es que salió a poner la cara el diputado villamariense que se caracteriza por “darle valor al diálogo y apelar a la conciliación”.
Sí. Martín Gill, para sorpresa de muchos, habló sobre el tema y dijo que la “la propuesta de Cobos era un provocación”.
Cobos fue elegido por el voto popular y si reflotaron la vieja acusación de “traidor”, existen numerosos legisladores que no pasan la prueba del “traicionómetro” y que no están en condiciones de presidir nada (la lista es extensa).
Pero así es la política. Una mezcla de los Unen y los desunen. Un cóctel de amores y desamores; por momentos baratos, por momentos caros.