Se conmemora hoy en Argentina el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, razón por la cual desde nuestra Redacción decidimos contactar a Mario Ponce, un excombatiente de la ciudad de Villa María, para que relatara sus vivencias de guerra y las razones que lo llevaron a incursionar en el mundo de la fotografía.

Para hablar de esos y muchos otros temas, Ponce respondió cordialmente a las preguntas realizadas por nuestro periodista.

-¿Cómo te enteraste que tenías que ir a la guerra?

-“Yo tenía 18 años y estaba haciendo el Servicio Militar Obligatorio. Estábamos en Comodoro Rivadavia, eran las 23 del 1 de abril, en la zona del aeropuerto. Todo estaba muy oscuro y no divisábamos en qué avión podíamos llegar a volar. No nos habían comunicado dónde íbamos, simplemente salimos del cuartel por un pedido de instrucción.

Cerca de la medianoche escuchamos una comunicación radial con nuestro jefe, quien estaba en Malvinas, diciendo que el operativo Desembarco se estaba cumpliendo a la perfección, entonces nosotros empezamos a gritar ¡viva la Patria!

Más o menos a las 2 de la mañana nos dieron una taza de mate cocido y nos hicieron revisar nuestras armas, hasta que nos dijeron en qué avión íbamos a viajar. Ahí nos subimos y volamos muy cómodamente hacia Malvinas, donde llegamos aproximadamente a las 6 de la mañana. Nuestro único miedo era saber cómo iban a funcionar nuestras armas y el frío que hacía allí”. 

-¿Qué es lo que más recordás de tus días en Malvinas?

-“El día del Juramento a la Bandera, el 24 de abril, fue un día muy especial porque habíamos ido a la guerra sin jurarla. La idea fue de un soldado nativo del sur, de población indígena, quien dijo que no iba a defender a la Patria porque no tenía ningún compromiso con la Patria, entonces el cura propuso que hiciéramos el juramento.

Algo muy fuerte también fue encontrarme con todos los villamarienses que fueron a Malvinas, con quienes teníamos un trato diferente”.

-¿Tiene algo bueno haber ido a una guerra?

-“Lo lindo es que en la guerra te llegás a conocer a vos mismo. La guerra propia que uno vive, por ejemplo, es haber pasado necesidades de bañarte durante 74 días. Al espíritu de conservación humana que tenés que tener para no abandonarte no te lo da nadie, es una guerra propia que uno vive”.

-¿Cómo fue la vuelta a casa tras la derrota?

-“Cualquier joven a esa edad piensa en terminar el secundario, tener una novia o en estudiar alguna carrera. Yo viví el regreso con tristeza, porque te da bronca la impotencia de no saber qué les pasó a los demás compañeros.

Luego de una guerra, la vida es un volver a empezar en todo sentido. Además de tu familia de sangre, después de eso tenés también una familia que es la del dolor”.

-¿Cómo descubriste tu pasión por la fotografía?

-“La encontré por el dolor de las madres. Yo cometí el error de no llevar una cámara de fotos al Servicio Militar, entonces durante el período de instrucción le mandé a pedir una a mi madre. Ella me la envió y la recibí dos días antes de salir para Malvinas. 

Fui sacándole fotos a todo lo que nosotros vimos, aunque a muchas de las fotos las perdí cuando me tomaron como prisionero de guerra. Cuando volvimos al continente y empecé a saludar a los familiares de los caídos, lo primero que me preguntaron las madres fue cómo habían muerto sus hijos, porque sabían que yo era uno de los pocos que había llevado una cámara a la guerra”.

-¿Volviste a ir a Malvinas luego de la guerra?

-“Sí, lo hice en el año 2005, pero no pude estar más de 24 horas. Yo había estado acampando en Plaza de Mayo y me llevaron preso por disturbios en una manifestación de Veteranos de Guerra, por lo cual sólo me autorizaron a salir un día del país”.

-¿Sentís que la sociedad reconoce lo que hicieron por el país?

-“Totalmente. La red social Facebook ha sido una gran ayuda, cumple un rol social muy grande en cuanto a Malvinas. Nos ayudó a ubicarnos a nosotros, a reencontrarnos y a medir que todavía hay argentinos de garra que no solamente salen a la calle o se ponen una camiseta celeste y blanca por un Mundial de fútbol.

Hay mucha gente que cuando empezás a hablar de Malvinas te presta atención, porque le interesa saber al respecto.

Nosotros somos un material de edición limitada, porque no va a haber otros veteranos de guerra”.

-¿Guardás algún rencor hacia alguien?

-“Al comandante Galtieri no le guardo ningún rencor, porque su actitud borracha hizo que se instalara de por vida la causa Malvinas en el país. El whisky le hizo rever que si no reclamábamos en ese momento no lo íbamos a poder hacer nunca más. Al que me dice que él fue un asesino yo le pregunto, ‘¿por qué le festejaron tanto en Plaza de Mayo?’”.

-¿Te arrepentís de algo?

-“No me arrepiento de nada de lo que viví en Malvinas. De lo que viví después de la guerra me arrepiento de los hermanos que nos dejaron, que se suicidaron. Los tendríamos que haber escuchado en ese momento, haciéndoles llegar una palabra de aliento de vida”. 

 

Sergio Calderón en el IPET 99

En continuidad con los diferentes actos que se realizaron ayer en la ciudad, el también excombatiente villamariense Sergio Calderón se hizo presente en el IPET 99 Rosario Vera Peñaloza para contar su experiencia en la guerra de Malvinas, a los alumnos y profesores que forman parte de dicho establecimiento educativo.