Se estrenará hoy en la sala Espacio INCAA el filme "Beatriz Portinari: un documental sobre Aurora Venturini", que trata acerca de la última de las nombradas, una escritora de La Plata.
La película que aborda la obra, la vida y el pensamiento de la autora de novelas esenciales como “Las primas” y “Nosotros los Caserta”, se verá desde las 21.30 en el local de Catamarca esquina Sabattini.
Dueña de un universo literario en el que la realidad se tuerce hacia espacios fantásticos cargados de extrañeza, humor y luminosidad, Venturini es hija de inmigrantes sicilianos, hincha del Club Estudiantes de La Plata, amante de los perros y las arañas, orgullosa peronista y una escritora tan delirante como genial.
En la película, los directores Agustina Massa y Fernando Krapp consiguen un emotivo y preciso retrato de una mujer compleja y contradictoria, esquiva y tendiente a la soledad, una persona “muy tierna con sus amigos y muy cruel con sus enemigos”, tal como la define una de sus amigas y discípulas literarias.
“Llegamos a ella por sus novelas y pensábamos en principio adaptar ‘Las primas’, para hacer una película de ficción, pero después nos dimos cuenta de que eso era imposible. Es una novela tan compleja que sería una película para que la dirigiera David Cronenberg con un prepuesto abultado”, explicó Krapp en diálogo con Télam.
Krapp y Massa coincidieron en que “ella era casi un personaje salido de su novelas y decidimos entonces hacer un documental sobre su vida. Lo que nos cautivó fue su historia, el hecho de que había trabajado con Eva Perón y, sobre todo, que hubiera publicado tanto a pesar de ser una escritora oculta, al margen del sistema literario local”.
Beatriz Portinari -el nombre del que surge el título del filme- no sólo fue la musa inspiradora de Dante Alighieri, sino también el seudónimo con el cual la escritora platense se presentó en 2007 al Concurso Nueva Novela, organizado por el periódico Página 12, en el que obtuvo el gran premio por su trabajo “Las primas”.
Según cuenta su amiga y biógrafa Haydée Bambilli, en esa novela Venturini le da voz a una adolescente con algunas discapacidades mentales, que narra en primera persona sus experiencias familiares, en un mundo raro y cargado de misterio, en el que lo monstruoso convive con el humor y la ironía.
“Nos interesaba mucho de Aurora el hecho de que se hiciera muy conocida por su personalidad tan particular. Lo primero que nos llamaba la atención era el personaje y después obviamente sus novelas y esa forma tan personal de narrar”, señalaron Krapp y Massa, quienes proyectaron por primera vez el filme en la Competencia Argentina del último Bafici.
Según Krapp, “lo primero que llama la atención de su literatura es que sea tan moderna. Su obra tiene una modernidad que ningún joven actualmente puede alcanzar. Nadie escribe como ella, porque aborda diversas temáticas en boga, pero con una radicalidad que ningún joven puede lograr. Esa modernidad tan visceral en una mujer de 93 años nos parecía increíble”.
Los realizadores destacaron además que “si bien es una película sobre ella, también habla sobre otra cosa, y especialmente sobre el intento de hacer una película. Ella es la protagonista, pero la película también trata de formas de narrar y de encarar la memoria. Al ser tan errática termina siendo otra cosa, además de un retrato de ella”.
En un exquisito relato en off leído por la poeta y cantante Rosario Bléfari, los directores narran el detrás de escena del documental, sus dificultades a la hora de convencer a Venturini para que les abriera las puertas de su casa y participara en la película y el abrupto final que la misma escritora le puso al filme, cuando de un momento a otro se negó a recibirlos para seguir filmando.
Brillante e inteligente, llena de picardía y gracia, vitalidad y misterio, con un gran carácter y lucidez, y un poder de narración y conversación inigualable, esta mujer que a lo largo de sus años nunca paró de escribir, tuvo una vida totalmente ligada a la literatura y a la historia del Siglo XX.
Aunque conoció, fue amiga y trabajó con Eva Perón en un centro de minoridad, en su exilio en París pasó por la Sorbona y se relacionó con Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre y recibió un premio de manos de Jorge Luis Borges, Venturini nunca se olvidó de sus perros ni sus arañas, especialmente de Ariadna, que -según ella- murió aplastada mientras leía un poema.
La película de Massa y Krapp es una grata sorpresa porque desnuda a Venturini y la muestra en los rasgos más contradictorios de su personalidad, dejando que ella hable de sí misma y observándola con respeto, sencillez y admiración.