Ya suma ocho viajes al Impenetrable chaqueño, desde mediados de 2012 cuando se propuso “consolidar el cristianismo” por aquellas tierras. El es Jorge Bustos, pastor de la iglesia Pentecostal de Santidad, que la próxima semana partirá en su novena travesía con un objetivo conciso: poner en marcha una cooperativa de fabricación de ladrillos, que beneficiará a diez familias de la comunidad toba.

Jorge estará allí durante seis meses ayudando a la creación de la cooperativa que permitirá otorgar un marco legal a la actividad que hoy realizan los hombres de la comunidad. “Trabajan por poca plata y también hay gente que les compra a precios mucho más baratos de lo que ellos deberían vender”, explicó Bustos. 

 

“Vivimos para el Evangelio”

 

Jorge relató que “todo comenzó con el contacto de la fundación de Patricia Sosa, buscaban un pastor evangélico y comenzamos así a trabajar en las misiones”. Tanto él como su esposa, Rosa, trabajan a tiempo completo y Jorge destacó que “no vivimos de la iglesia ni del Evangelio, vivimos para el Evangelio”. En ese “vivir para el Evangelio” destacó que es importante el “amor hacia el prójimo, ayudando al que lo necesita. Como en este caso, que son pueblos sufridos, castigados, marginados”.  “El común denominador de muchas personas es el dinero, pero nosotros no nos movilizamos por eso, sino por el amor. Si no sos capaz de sentir amor por quien tenés al lado, entonces estás perdido”, agregó.

Rosa no ha viajado nunca al Chaco, aunque Jorge afirmó que “su apoyo para mí es  fundamental y, aunque no viaje físicamente, ella viaja conmigo de manera espiritual”. 

 

“El objetivo es terminar con la explotación”

 

Para la cooperativa, Jorge recibió la ayuda de muchas personas que hacen posible la concreción del proyecto. En una primera instancia, “necesitan alimentos, para que puedan tener provisiones por un lapso de dos meses, hasta que se pueda comenzar a comercializar los ladrillos de la cooperativa”, explicó Bustos. De esa manera, con provisiones de alimentos, las familias de la comunidad no se encontrarán en la situación de vender “por dos mangos” lo que producen para tener alimentos.

Eso ocurre también y de manera frecuente con las artesanías que realizan tanto hombres como mujeres: paneras, canastos para guardar el equipo de mate, porta macetas y algunos otros objetos que producen mediante el trabajo manual. “Algunos van y  les dan tres kilos de papa a cambio de diez paneras”, contó Jorge, para ejemplificar.

 

Lo que necesita

 

Si bien Jorge ideó el proyecto, apela a la ayuda de todos aquellos que puedan colaborar para concretar la idea. Por ejemplo, necesita entre quinientos y seiscientos kilos de alimentos, que serán las provisiones de las familias de la comunidad durante esos dos meses en los cuales comenzarán a darle forma a la cooperativa. “Todos los alimentos, y en especial los que sean no perecederos son bienvenidos”, dijo Bustos. 

En tanto, para la instalación de la cooperativa, específicamente, necesita “malacates, moldes”, mesa para el trabajo con barro, carretillas, palas”, enumeró el pastor. Asimismo, está necesitando un transporte que pueda trasladarlo en los mil kilómetros que separan a Villa María de aquel monte ubicado en el Impenetrable del Chaco. 

En el living de su casa,  Bustos recibe diariamente bolsas de donaciones que la gente lleva, también en lo relacionado a vestimenta  y calzado que Rosa, que conoce a fondo el oficio de costurera, se encarga de arreglar y acondicionar. “Hay muchas cosas que no sirven, porque hay gente que trae cosas en muy mal estado, y no porque ellos se encuentren en medio del monte tienen que vestir una prenda llena de agujeros”, dijo la mujer.

Jorge aclaró que la verdadera solidaridad no pasa por “dar de  todo aquello que te sobra, sino de dar lo que tenés, porque eso es la esencia de compartir”.

Entre otras colaboraciones, Jorge recibió el asesoramiento de abogados y contadores para armar el estatuto de la cooperativa, y de la firma Ramonda recibió doscientos litros de combustibles que están a la espera del transporte para trasladar a Jorge y todas las herramientas, más las donaciones que se llevarán a la comunidad.

Además de optar por la formación de una cooperativa para darle un marco legal a la actividad de los hombres de la comunidad, Jorge estrechó vínculos con autoridades de organismos de Río Bermejito, localidad ubicada cerca del monte donde se encuentra la comunidad con la cual él trabaja. “Estuve en reunión con el intendente, el director del hospital, el comisario, presentando el proyecto, para que además podamos tener la posibilidad de que adquieran ladrillos en nuestra cooperativa”, indicó Bustos. Actualmente, los hornos de ladrillos que tienen en la comunidad les permite producir una cantidad pequeña, ya que “ellos necesitan producir y vender rápido, para tener dinero para comer”, explicó Bustos.

 

“Actuamos desde la fe cristiana”

 

Entre el  15 y el 17 de abril Jorge espera iniciar el viaje hacia el Impenetrable, su noveno viaje, luego de otros tantos de los cuales guarda fotografías y “más de cincuenta horas de video” que registran toda la actividad que a lo largo de tres años ha realizado  allí. 

Rosa recordó cuando él salió en una “estanciera”, cargado de cosas y llevando un carro atrás con una máquina hormigonera que les permitió construir baños para que utilicen las familias. “El motor de todo esto que hacemos es Jesucristo”, dijo. “Nosotros actuamos desde nuestra fe cristiana”.

Quienes quieran realizar donaciones las deben llevar a Rivadavia 490 o comunicarse con Jorge al 0353 154119719.