El tratamiento, como lo es en el caso del Centro “Dr. Leo Kanner”, es un proceso contínuo de ayudas que permitan adquirir las habilidades y destrezas que necesitan nuestros pacientes. El mismo debe de darse de manera integral teniendo en cuenta todas las áreas de desarrollo del paciente.
El punto inicial de todo tratamiento se basa en una evaluación integral completa de las habilidades de comunicación y lenguaje, pensamiento y comprensión, comportamiento con otras personas y juego. Esta evaluación servirá como guía para la elaboración de un plan de intervención individual.
Un programa eficaz va construyendo competencias a partir del interés del niño (o fomentándolo inicialmente), a menudo con un calendario predecible, enseñando tareas fraccionadas en pasos sencillos, implicando activamente al niño en actividades altamente estructuradas y reforzando de maneras variadas su comportamiento.
La participación de los padres se ha identificado como un factor fundamental para el éxito y la familia debe coordinarse con el profesorado y otros profesionales de apoyo a la hora de determinar objetivos y sistemas de apoyo (comunicación aumentativa, ayudas visuales, uso de las nuevas tecnologías, historias sociales, etcétera).
No hay que desdeñar la necesidad que los padres tienen de apoyo para poder ser eficaces y permitirse llevar una vida semejante a la de las demás personas de su comunidad (orientación, información, ayudas económicas o fiscales, apoyo en el hogar, “canguros” o programas de ocio y estancias cortas, etcétera).
La integración apoyada en el medio escolar ordinario permite que estos niños accedan a un medio social estimulante, donde los demás niños puedan apoyarles a la vez que aprender a conocer cómo tratar a una persona con discapacidad, aspecto clave ya que ellos y ellas serán los futuros padres de los futuros niños con problemas. Es la tan demandada y necesaria política de educación mediante enseñanza inclusiva.
La política de ubicación escolar, en clase ordinaria, en clase especial o en un centro de educación especial, varía de unas zonas a otras de nuestro país, pero hay que insistir en la necesidad de establecer puentes entre unas y otros; a la vez que asegurar que se persiga la máxima inclusión social y que la integración no signifique la pérdida de los apoyos especiales necesarios.
El grado de participación curricular del alumno va a depender de su capacidad personal y de la capacidad del sistema en ofrecerle adaptaciones útiles para su futuro.
El autismo es un diagnostico poco conocido y que muy pocos profesionales se animan a determinarlo; pero la idea es que mientras más rápido pueda hacerse mejor va a ser el desarrollo de las personas que lo padecen y la de su entorno.
De igual manera cabe destacar que las personas con autismo no tienen un “mal pronóstico” como algunos profesionales lo determinan sino más bien se puede decir que son personas igual que cualquier otra con necesidades y deseos; y que tienen capacidad de amar y ser amados; y que con un buen tratamiento integral pueden tener una buena calidad de vida.