El paro convocado por Hugo Moyano de la CGT denominada “disidente” y el gastronómico Luis Barrionuevo en todo el territorio nacional se sentirá parcialmente en Villa María.

En principio, dentro de las actividades que trabajarán normalmente está el comercio, los docentes, los bancarios, los municipales, los recolectores de basura y los empleados de Tribunales.

Dentro de los sectores que adhieren a la medida de fuerza, los que más repercutirán en la vida cotidiana de los villamarienses son los que nuclean a los choferes de colectivo, dado que los dos sindicatos (UTA y AOITA) ya manifestaron que pararán el jueves 10.

La Unión Tranviarios Automotor (UTA) nuclea a los choferes del transporte urbano de Córdoba capital y a los choferes que hacen el recorrido interprovincial. Por su parte, la Asociación Obrera de la Industria del Transporte Automotor (AOITA) representa a los trabajadores de la empresa de colectivos urbanos de Villa María, como así también a los que hacen el recorrido de larga y media distancia. Por lo tanto, no habrá urbanos ni interurbanos el jueves.

Edgardo Garmendia, delegado regional de este sindicato, explicó a EL DIARIO que en la última asamblea provincial resolvieron adherir plenamente a la medida de fuerza “por razones de seguridad”.

“Más allá de los reclamos, en la última oportunidad que hubo un paro de esta naturaleza y nosotros no adherimos sufrimos agresiones”, indicó.

“Nuestros compañeros hacen viajes entrando a Córdoba, Buenos Aires y en el norte argentino. No podemos culpar a nadie, pero es un hecho que hay agresiones cuando un colectivo circula en medio de un paro. Así que por eso resolvimos adherir”, puntualizó.

Al ser consultado sobre las declaraciones de Jorge Capitanich, jefe de Gabinete de la Nación, quien indicó que las empresas cuyos trabajadores adhieran al paro iban a dejar de percibir los subsidios, Garmendia dijo que “es una estrategia, pero que en realidad no afecta. Porque las empresas no son las que hacen paro y nosotros vamos a reclamar siempre el pago que corresponde. Es la empresa la que debe ocuparse de los recursos”, indicó.

El paro tuvo también la adhesión de la CTA conducida por Pablo Micheli. Uno de los gremios más importantes de la ciudad enrolados en esa Central, es la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). 

La adhesión de ese sindicato significaría un paro en la Fábrica Militar y el resentimiento de actividades en dependencias como ANSES y el Hospital Pasteur. Sobre el particular, dirigentes de ATE señalaron que hoy realizarán una asamblea en la Fábrica Militar para definir si acatan o no la medida de fuerza.

El Sindicato de Camioneros, principal impulsor de la medida a nivel nacional, tiene varias ramas de actividad que se verán afectadas; tales como el trasporte de caudales, de combustible y el correo privado, además de los camioneros de carga. No adherirán los recolectores de residuos nucleados en Surrbac (exaliados de Camioneros), que en Córdoba están liderados por el kirchnerista Mauricio Saillén.

Eugenio Salvatori, protesorero de la comisión provincial del Sindicato de Camioneros, explicó que la protesta fue decidida para reclamar “contra el Impuesto a las Ganancias, por el 82% móvil, para que no haya techo en las paritarias” y por temas sociales “como la inseguridad”.

Desde Luz y Fuerza, el secretario de la seccional Villa María, Diego Bencivenga expresó que en asamblea el sindicato que nuclea a los trabajadores de EPEC y de las cooperativas eléctricas resolvió adherir al paro “por varias razones, pero principalmente para que se derogue el Impuesto a las Ganancias”.

Fernando Gómez, de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos (Uthgra), señaló que el paro del jueves “no es político, como muchos quieren hacer creer”. “El salario ha quedado muy atrás del costo de vida y el bolsillo del trabajador no aguanta más”, puntualizó.

Finalmente, desde el sindicato de trabajadores de la carne informaron a través de un comunicado firmado por el secretario general Adolfo Silvio Etchehun que ellos adhieren a la medida de fuerza, pero que además llevan adelante un plan de lucha que comenzó ayer y se extenderá hasta el último minuto del jueves, con medidas como trabajo a reglamento, movilización a la Secretaría de Comercio y a las casas de Córdoba y Santa Fe que están en Buenos Aires, como así también con la presencia de trabajadores en rutas cercanas a frigoríficos que peligran su continuidad.

“No hay precios cuidados, sino salarios cuidados”, expresó. “La incongruencia del Gobierno nacional en la política de carnes desde 2006 a la fecha tuvo siempre como variable de ajuste, para mantener un precio ficticio, el despido de miles y miles de trabajadores de la industria”, pese a lo cual “el precio en góndola sigue subiendo”.

 

Los que no adhieren

 

Son numerosos los gremios en Córdoba que decidieron no adherir a la protesta, entre ellos, docentes y judiciales.

En el caso de UEPC explicaron que ya tienen cerrado un acuerdo salarial, sumado a que la CTERA, que responde a la CTA de Hugo Yasky no se pliega a la protesta.

Por otra parte, desde la Asociación Gremial de Empleados del Poder Judicial (AGEPJ), su secretaria general, Irina Santesteban informó que ellos no adhieren dado que no concuerdan con el método de la convocatoria.

“Aunque consideramos que algunos de los reclamos contenidos en el programa del paro, como las paritarias libres, el cuestionamiento al Impuesto a las Ganancias sobre los salarios, la actualización de las asignaciones familiares y el aumento a los jubilados son correctos; otros, como la inclusión de “la lucha contra el narcotráfico y la inseguridad”, en el actual contexto político, más el claro alineamiento de estos dirigentes con el candidato del Frente Renovador, Sergio Massa, quien llegó a justificar los linchamientos, no pueden ser apoyados por los trabajadores”. Y finalizó diciendo que “la convocatoria a un paro nacional debería ser precedida por un amplio debate entre los gremios de base y las centrales obreras provinciales”.