Dyango echa fuego

En la noche del domingo, cuando ingresaba Dyango al escenario se lanzaron fuegos artificiales desde los morteros ubicados al borde del Figueroa Reyes. En ese momento se produjeron dos pequeños focos de incendio, que prontamente fueron apaciguados por Horacio Lucero (productor de Musicalísimo) y Rony Vargas.
Según contara Horacio Lucero (organizador del festival) por Radio Centro, el propio cantante español luego de una hora de su show le pidió emocionado que le dejara volver porque “le tengo que dar mi corazón a esta gente”. Su set, entonces, se extendió media hora más.

Folclore en el CEC

El domingo por la tarde se pudo apreciar en el predio del CEC, una improvisada "cantata folclorera" a cargo de Laura y Los de Negro de Bolívar, de la provincia de Buenos Aires, ante un predio colmado de asistentes y turistas. Por ejemplo se encontraban las familias Giménez, Giachelo y Torres de Cañada de Gómez, quienes comentaban mientras hacían palmas: "Venimos todos los años y el festival nos parece bárbaro".

Circo en el Vanzetti

Otro fenómeno festivalero se registró en el sector del escenario Rubén Vanzetti, organizado por la Universidad Nacional y la Universidad Popular. Allí la gente apreció la serie de espectáculos programados (como Mario Alvarez Quiroga, Pablo Lozano y Juan Iñaki junto a estudiantes de la UNVM), sentados en sus reposeras o tirados en el césped.
Luego de la grilla oficial, se presentó el colectivo circense Il Chírcolo, integrado por el porteño Martín "Hermes" Olguín, Ezequiel "Karamba" D`agliano y Daniel "Luca" Dubois, con sus diferentes rutinas, ante un interesante marco de público menudo.

“La Salada”

Como lo anticipamos en ediciones anteriores, los puestos de ventas callejeras se asemejaron más a La Salada, (el reino mayorista de las vestimentas "truchas" de Buenos Aires) que a una feria de diferentes productos, estableciendo un gran contraste con los artículos ofrecidos por los artesanos locales.

En el “Jeti”

Dado que las peñas se extienden más allá de terminado el horario en el Anfiteatro Municipal (el sábado algunas llegaron hasta la seis de la madrugada), algunos de los asistentes de Jet Set comentaban en sorna que no sabían si bailar reggaeton o una chacarera o zamba.
A pesar de que el boliche, ubicado en la costanera, se encuentra a escasos metros de la peña de la Agrupación Folclórica y del espacio de Dejavú, no vio afectado su afluencia de público.