El prestigioso actor Alfredo Alcón falleció ayer a la mañana a los 84 años en su domicilio de Barrio Norte. Después de estar internado durante cuatro meses en el Sanatorio de la Trinidad, murió debido a una grave insuficiencia respiratoria.
Sus restos fueron velados en el Congreso de la Nación.
Había nacido en Ciudadela el 3 de marzo de 1930, aunque otras versiones hablan del barrio porteño de Liniers, como Alfredo Félix Alcón Riesgo, quien al egresar del Conservatorio Nacional de Arte Dramático ingresó al ciclo "Las dos carátulas", que en 1951 se emitía por Radio del Estado, hoy Nacional, aunque al mismo tiempo el contrato lo obligaba a leer informes del Mercado de Hacienda.
Debutó en los escenarios con "Colomba", inspirada en Próspero Mérimée y dirigida por Juan Carlos Thorry, y su ingreso en el cine se registró con "El amor nunca muere", de 1955, como galán de Mirtha Legrand. Entre sus premios se destacan los siguientes: mejor actor en el Festival de Cine de Cartagena, Cóndor de Plata (2), Martín Fierro (7), Konex (4), Quinquela Martín, María Guerrero, García Lorca, ACE (2) y Festival de Teatro de Colombia. Tras especializarse por años en los clásicos, como Shakespeare y Lorca, montó "Final de partida" de Samuel Beckett, su último trabajo, junto a Joaquín Furriel en el teatro San Martín, en 2013.
Marta Mansutti (Directora del Teatro La Panadería):
“Estamos de luto. Estoy muy triste por la noticia. A Alfredo lo conocí, a través de una amiga en común, María Rosa Gallo. Fui a verlo en 1991 cuando Alejandra Boero inauguraba su espacio El Andamio en Buenos Aires y Alfredo protagonizaba Final de partida, la misma que el año pasado dirigió. Era increíble lo que transmitía ese hombre en escena, salí con escalofríos. A la salida del teatro hemos compartido charlas en la que me acuerdo que añoraba las veces en que los elencos salían de las obras y cenaban todos juntos. El tuvo toda la intención de actuar en nuestra sala en Villa María. ‘Quédese tranquila, Marta’, me decía. Después, por circunstancias de su trabajo y su estancia en España, se complicó. Para mí es el gran ejemplo de humildad a pesar del talento. Una calidez y una sencillez extraordinarias, que son de los grandes”.
Antonio Giacardi (Actor y director teatral):
“Recuerdo haberlo visto hace 25 años en ‘Recordando con ira’, donde actuaba junto con Cristina Banegas, en ‘Escenas de la vida conyugal’ con Norma Aleandro o en ‘Filosofía de vida’ con Rodolfo Bebán y Claudia Lapacó, que fue la que más me gustó. También he visto toda su filmografía y su gran personaje, en ‘Nazareno Cruz y el lobo’. Verlo en escena era increíble. Una vez, en Buenos Aires, salí de una de sus obras y caminé como 20 cuadras totalmente conmovido. Todos sabíamos que estaba enfermo, pero no esperábamos la noticia. Era un ser tan querible, querido y sencillo. Una vez que lo esperé tras la función y entre medio del público nos preguntaba de dónde éramos y qué nos había gustado. Lo que también destaco es que nunca usó micrófono, algo que actualmente se ve mucho en los escenarios”.
Javier González (Actor y director de El Globo Rojo):
“El mote de grande le cabe perfectamente y está muy latente el reconocimiento. Lástima que, como escribió Roberto Cossa en el ochenta y pico, los argentinos tenemos poca memoria y homenajeamos a la gente cuando ya no está más. Deberíamos hacerlo cuando todavía está aportando a nuestra cultura. A Alcón lo conocí desde un punto de vista profesional, como espectador y como asistente a un seminario en el Conservatorio. Como docente era muy abierto, afable, dispuesto a escuchar, muy tranquilo, pasional y simpático, siempre estaba haciendo chistes. En escena era una persona muy grande y a uno lo maravillaba cómo utilizaba la esgrima teatral. Sin decir una sola palabra, te atraía enormemente. En teatro eso se llama tamé, la capacidad de concentrar o retener la energía”.