Eduardo Modugna tiene 50 años, es empleado de la Municipalidad de Villa María desde hace 13 y en la madrugada de ayer le tocó vivir un episodio que seguramente nunca olvidará, cuando salvó la vida de un joven mientras realizaba las tareas habituales de su labor diaria.
En diálogo con EL DIARIO relató que “cerca de las 6 de la mañana estaba baldeando las veredas del Palacio Municipal y observé que venía caminando una pareja de jóvenes, de los cuales el chico venía bastante alcoholizado”.
“Pasaron al frente de mí, por las cocheras de calle Sobral, y se sentaron en el umbral de la puerta del colegio Rivadavia”, agregó.
Hasta allí todo transcurría dentro de lo normal, ya que Modugna aseguró que observa jóvenes alcoholizados con frecuencia, pero el panorama se complicó cuando “sentí las campanillas del paso a nivel, me di vuelta, el pibe cruzó la calle y se paró sobre las vías, con el tren aproximándose a la esquina de calle Mendoza, al tiempo que la chica por detrás le gritaba, intentando hacerlo salir de allí”.
“Entonces le pedí a una compañera que llamara a Seguridad Ciudadana, salí corriendo para ayudar a la chica a sacarlo de arriba de las vías y en ese momento los dos se cayeron sobre los rieles. Los agarré a los dos y los saqué a una orilla”, detalló.
Luego Eduardo contó que “la chica me dijo que ella se encargaría de llevar al joven a su casa, ya que era su primo, a lo que yo le respondí que en ese estado no podía llevarlo a ningún lado. Los senté para que se tranquilizaran y en ese momento ya llegaron los agentes de Seguridad Ciudadana, por lo que yo volví a hacer mi trabajo”.
“No me siento un héroe por lo que hice. Es la primera vez que me toca vivir algo así y sinceramente no sé lo que sentí, porque todo pasa en cuestión de segundos”, reconoció.
Haciendo un análisis más profundo de lo acontecido, Modugna sostuvo: “Siento una sensación rara al ver que los jóvenes hacen estas cosas. En mi época de juventud no sucedía todo lo que hoy se está viendo. Creo que esto se da porque falta mucho diálogo por parte de los padres. Yo vengo de una familia muy humilde, de trabajadores, y mis padres siempre me aconsejaron, me hablaron bien”.
“Si pudiera ver nuevamente a este joven le aconsejaría que se acerque a una iglesia evangélica, que hable con los pastores. En síntesis, que busque ayuda, porque hay mucha para brindarle”, concluyó el entrevistado al que los ojos se le llenaron de lágrimas.