El “Gallego” se presentaba nuevamente en su cancha, tras una humillante goleada de local ante San Lorenzo de Las Perdices. Del otro lado del campo de juego, se alistaban los once jugadores de Hipólito Yrigoyen de Tío Pujio, que venían de vencer cómodamente por 3 a 0 a Unión Social de Alto Alegre, y visitaban el reducto villanovense con la ilusión de superar en puntaje al local, para quedar como único escolta de Universitario.
El partido de antemano prometía un buen espectáculo, entre dos conjuntos “de buen pie” que buscarían la victoria para acercarse al líder. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario. El encuentro tuvo un nivel muy pobre, con un juego muy cortado, peleado y con pocas chances de gol, en el cual el empate fue el resultado más justo.
El que tuvo la iniciativa fue el conjunto visitante, a través de una escalada por derecha de Andrés Ferrero que culminó con un fuerte remate cruzado, que se fue cerca del palo izquierdo defendido por Arias. Minutos después fue Elián Geremía quien probó suerte, pero el balón se fue desviado.
Mientras, Española todavía se acomodaba en el terreno de juego, Yrigoyen, que había salido más decidido, ya había tenido dos ocasiones de peligro.
Sin embargo, el local despertó y, pasados los 15’, un pase “riquelmeano” de Luciano Acosta, dejó solo a Matías Valle quien definió excelentemente con el borde interno del pie derecho, pero no pudo abrir el marcador por escasos centímetros.
El partido no contaba con muchas emociones. Estas se daban esporádicamente y tornaban bastante tedioso el desarrollo del encuentro.
La apertura del marcador llegó a los 27’, cuando Lucas Sachetto capturó un balón en el área y remató fuertemente, a media altura, dejando sin reacción al arquero Arias.
Luego del gol del visitante el nerviosismo se apoderó de los protagonistas. El juez Díaz no logró demostrar ni imponer, autoridad en ningún momento y el partido se le fue de las manos. Innecesariamente Yrigoyen, en lugar de aprovechar el desconcierto de Española, llevó el partido al terreno de la agresividad, y el “Gallego” inocentemente entró en este juego propuesto por el Rojo”, en vez de ir en busca del empate.
El primer tiempo se consumió entre patadas, empujones, insultos, reclamos y amarillas. Nada de fútbol.
El complemento se desarrolló con la misma rispidez de los primeros 45’, porque los ánimos ya estaban bastante caldeados. Hasta podría decirse tristemente que hubo más expulsados que tiros al arco. Cuadrado y Fonseca por el lado visitante, y el ingresado García en Española fueron quienes se fueron a duchar antes de tiempo. En cuanto a jugadas peligrosas podemos contar la primera recién a los 39’, luego de un tiro de esquina olímpico de Bello que casi se le mete a Bachanini.
Sin embargo, el equipo de “Pelé” Andrada se guardaba una última carta bajo el brazo. A los 47’, cuando el encuentro se moría y Española perdía injustamente (no por lo hecho, sino por el trámite), se encontraron Bello, Mancilla y Morello, para que éste último definiera suavemente al palo izquierdo de Bachanini, decretando el justo empate final.
El partido culminó con la policía separando a los jugadores de ambos equipos, que se fueron a los vestuarios sabiendo que jugaron muy mal y desaprovecharon la oportunidad de quedar como únicos escoltas, tras el empate de Alem en el clásico Interzonal ante Alumni.
La figura
Luciano Acosta. Aportó claridad al mediocampo “gallego”, cuando la imprecisión era moneda corriente. Junto a Valle intentaron jugar siempre que pudieron. Por el lado visitante, Lucas Sachetto, además de convertir, complicó siempre a la defensa rival.
El árbitro
José Díaz. Mal arbitraje del referí. Hizo que el partido se calentara innecesariamente, dejando pegar y hablar de más a los jugadores. No tuvo autoridad. Incluso fue empujado humillantemente por un jugador, a quien no expulsó.