Toda una rueda pasó para que Unión Central consiga una anhelada sonrisa. Pero, en el fútbol, todo llega a su tiempo. Por lo cual, después de que el “Aurinegro” tuvo que empezar desde el cero absoluto e ir corrigiendo y acomodando piezas sobre la marcha, llegó su alegría en el torneo al golear con un claro 4 a 0 sobre San Lorenzo de Las Perdices.

El elenco de calle Rucci, después de buscarlo con ansias, obtuvo una meritoria victoria superando ampliamente a un rival estático y que mostró claras secuelas del desgaste que realizó el jueves último en su triunfo sobre Española.

Argumentos sólidos mostró ayer Unión para quedarse con la primera victoria en el torneo porque acertadamente optó por un partido con posesiones cortas, ataques directos y con un volumen de juego sostenido en el primer período. Así fue que sacó diferencias frente a un “Santo” que, al no presionar en el sector de generación de juego y mostrarse defensivamente incorrecto, le facilitó la tarde a Unión.

Fue sólo una impresión lo que mostró la visita en los primeros minutos con las individualidades de Facundo Bolatti porque el local, predominando en la zona media (allí Doñabeitía fue determinante al tener espacio y tiempo para gestar juego) y profundizando por las bandas, generó dos chances claras en tan sólo un minuto, pero Oscar Pérez tiró apenas elevado tras quedar cara a cara con Luciano Pereyra y luego Pablo Pereyra definió errático anticipándose a un gran centro de Jonathan Zabala que, en ese primer pique, mostró que sería una herramienta muy útil para su equipo.

Y, en ese sentido, el propio Zabala dibujó una gran acción individual sobre los 20 minutos que terminó en la apertura del marcador. El juvenil, con potencia y velocidad, dejó en el camino a Haedo y Scagliarini y mandó un perfecto centro al corazón del área donde apareció Paul Marinelli para establecer el 1 a 0.

A partir de allí se profundizó la supremacía del local. Es que, la visita sólo atinó a respuestas sin fundamentos y muy estático en sus líneas, quedó muy largo, inconexo y esos espacios lo explotó Unión, que continuó generando opciones hasta que, a los 37’, Doñabeitía tuvo todo el tiempo para observar la diagonal de Pérez, quien esta vez corrigió su definición y sentenció el 2-0 con tiro direccionado y rasante.

El dominio del local se extendió al complemento, porque más allá que San Lorenzo buscó reaccionar en el inicio del complemento, Unión mostró solvencia defensiva por el orden y voz de mando que impuso Cristian Reynoso (clave para que el “Aurinegro” mejore en dicha faceta) y el valioso trabajo de Rodrigo Solís en la zona media.

Y, sobre los 10 minutos del complemento, llegó el golpe de gracia que resolvió el partido. Otra vez Doñabeitía captó la pelota y asistió perfecto a Marinelli, quien definió cruzado y de zurda ante la salida del arquero rival: 3 a 0.

Desde allí el partido estuvo de más. San Lorenzo, por necesidad, continuó buscando aunque sea el descuento, pero Jonatan Silva falló en sus pocas chances, mientras Unión no cedió en concentración, utilizó los cambios para fortalecerse defensivamente y concretó la goleada final aprovechando una falla garrafal de Luciano Pereyra, dejando en claro la mala tarde del elenco perdiceño.

Es que Marinelli presionó al arquero que en su afán de despejar impactó la pelota sobre el cuerpo del delantero, quien, al quedarse con el balón, le cedió el gol al recién ingresado Martín Delfino que concretó el 4 a 0 final en su primer contacto con la pelota.

De esta manera, Unión Central selló definitivamente su primera victoria, logrando un impulso necesario y aún cree en luchar por la clasificación ante la irregularidad y paridad que muestra la zona, aunque con el entendimiento de seguir fortaleciéndose como equipo. Y, en contrapartida, San Lorenzo -que sintió futbolísticamente su merma física- se fue con la amargura de la derrota y consciente que dio un paso en falso pero que sigue en una posición muy expectante.

La figura