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La K’onga abre la fiesta - Trula arremete con un popurrí enganchado |
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El reloj marcaba el horario de inicio y la amenaza latente de "chaparrones y tormentas aisladas" (según informaba el Servicio Metereológico), parecía que se hacía realidad. Encima, desde otras localidades llegaban versiones de "lluvia con piedra".
Pero el Patrón, San Quaglia, Patrono de los Eventos Festivaleros, demostró minutos después que -aunque esté en "honrosa retirada"- todavía continúa vigente el pacto con el "Viejo de arriba" y el cielo se despejó completamente, por lo menos hasta que cerrara esta edición.
Anoche correspondió a la cuarta y última noche del 42º Festival Nacional de Peñas, considerada como la "gran cumbre" de la movida cuartetera de la provincia, ante un inmejorable marco de público. Sin dudas, y como sucediera en casi todas las veladas dedicada del género cordobés, es la más convocante. No cabía ni un alfiler.
A excepción de la exitosa banda Sabroso -que mantiene una política de no actuar junto a grupos del género- se presentaron los conjuntos de punta en la actualidad y nada más y nada menos que el lengendario “La Mona” Jiménez, quien recibiera un homenaje especial por parte del municipio villamariense durante la tarde (ver página 8).
Tras las palabras de rigor del entusiasta animador Santiago "el Beto" Gianola (quien conduciera años atrás el Festival de la Alegría por la AM local), arribó al escenario -a las 21 en forma puntual, como todas las jornadas- el ascendente conjunto de La K’onga. La promesa de Villa Dolores, de seis años de vigencia, se presentó por primera vez en el Festival de Festivales, con nuevo material bajo el brazo "De sol a sol". De su octavo trabajo discográfico, que será lanzado oficialmente el sábado en Córdoba, despacharon los hits veraniegos "Vamos a la playa" y "Una cosa que amarra".
La propuesta cuartetera, encabezada por Nelson "Chivo" Aguirre, Ale Dempke y Diego Granadé, remitió a aquella mística popular de las súper orquestas, tipo Chébere, pero aggiornadas a la época, con explosión juvenil e interesante trabajo percusivo (con timbaletas). Cerraron con una lucida versión de "Quieren matar al ladrón", clásico de Cacho Castaña.
En Barra con Trula
Cerca de las 22, Gianola volvió al escenario pero esta vez acompañado por Valeria Lynch. Con su particular estilo radial, arengó al público a vitorear a la cantante y a pedir por los fuegos artificiales. Aquí ya no cabía la frase "peña y corazón abierto", marca registrada del Gringo Borsatto.
Sin pausa ni prisa, le tocó el turno a La Barra, la banda liderada por la voz de “La Pepa” Brizuela que durante una hora recreó piezas de su clásico repertorio como "Lento" (con quien abriera su show), "Así no te amará jamás", "Déjate querer", "Cachetada" y la deliciosa "Un millón de rosas", logrando el climax de su presentación.
A esa altura de la noche, las plateas se hallaban completamente desbordadas, con el público de pie sobre las butacas y el sector "ex VIP ahora campo" y tribunas sin vallas, abiertos para las hinchadas, las banderas y el baile cuerpo a cuerpo, bien apretujados. Entre los carteles exhibidos entre la gente se podían leer identificaciones como Tucumán, Rosario, Santa Fe y, por supuesto, distintas localidades de Córdoba.
Hay que destacar la prolijidad y dinamismo detrás del escenario, con la coordinación de equipos entre los conjuntos para que no hubiera baches entre uno y otro. Sin perder tiempo, subió a escena Tru-La-La, el histórico conjunto encabezado por las voces de Pablo Ortiz y César Palavecino (ex Operación Triunfo) que arremetió con un furioso popurrí enganchado compuesto por "Algo de ti", "Me voy a Trula", "Hazme el amor" y "Ella mintió" y "Tres (son muchos para una sola cama)" , entre otros.
Al cierre de la edición, se esperaba en la grilla programada la presencia de La Fiesta, Banda XXI y el cierre formidable de Carlitos "La Mona" Jiménez.
En la calle, lleno total, seguía el baile.
Apostillas
- La Fiesta, con fortuna en el viaje. Ayer por la tarde, el colectivo que trasladaba a los músicos y equipos de La Fiesta sufrió un curioso accidente en la ruta, que por fortuna terminó sin heridos ni lesionados. Al camión que viajaba adelante del coche cuartetero se le desprendió una lona con arneses que impactó en los vidrios y parte del interior del micro. Milagrosamente, no se ncontraba nadie sentado en dicho sector.
- “La Pepa” Brizuela vs. un cronista. Tras la conferencia de prensa de La Barra (la primera de la noche), el cantante Javier "La Pepa" Brizuela se bajó de la mesa de entrevistados y le espetó al periodista de La Hoja, Dardo Fernández: "¿Tenés algún problema conmigo?". Al parecer no le había gustado la manera en que el cronista le había realizado una pregunta sobre si los homenajes deben ser ofrecidos en vida o después de la muerte.
- Estacionamiento costoso. Un asistente al Festival, proveniente de una localidad vecina, comunicó a nuestra Redacción que el domingo pasado debió abonar la suma de $15 en un estacionamiento ubicado en cercanías de la calle Müller. La tarifa estipulada por el municipio era de $3 para autos y $2 para motos.
- “La Mona” al Howard. Tras el homenaje recibido en la costanera, “La Mona” Jiménez se dirigió en un auto oficial del municipio hacia el Hotel Howard Johnson. Al bajar, se entrevistó por unos minutos con unos cuantos fans que lo esperaban en la puerta.
- El Angel sin conferencia. Consultado ayer por este medio, el solista local El Angel Nicolás señaló que tras su actuación realizada el viernes pasado estuvo esperando desde las 21.30 a las 24, que lo llamaran para la conferencia de prensa, aunque sin pena ni gloria. Por su parte, el personal de prensa de Musicalísimo había comunicado que el cantante no pudo asistir porque "debía asistir a las peñas".
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