Un hombre que había sido detenido con una escopeta calibre 20 con caño recortado en su poder fue condenado ayer a dos años de prisión de ejecución condicional y recuperó la libertad luego de permanecer poco más de 21 meses en la cárcel local.
Se trata de Nelson Darío Martín, un ladrillero que llegó a juicio oral y público bajo la imputación de “portación de arma de guerra”, un delito grave que es castigado con hasta ocho años y medio de prisión, y como el mínimo de la pena supera los tres años (tres años y seis meses), no es excarcelable.
Sin embargo, durante la audiencia de debate realizada en la Cámara del Crimen de Villa María, el fiscal Francisco Márquez cambió la calificación del hecho por entender que el arma que se le había secuestrado, de singulares características, era más peligrosa para quien la manipulara que para una potencial víctima.
Si bien una pericia criminalística determinó que se trataba de un arma operativa (es decir que era apta para su uso), el acusador público concluyó que estaba en pésimas condiciones y, por esa misma razón, resultaba de alta peligrosidad para quien la disparara.
Ocurre que el caño había sido recortado de manera muy precaria y luego fue sujetado al cuerpo de la escopeta con precintos plásticos y cinta aisladora, convirtiéndola en un arma de alta peligrosidad para quien la manipulara. Asimismo, cuando fue secuestrada por la Policía, se determinó que estaba cargada con un cartucho sin perdigones.
La detención
Martín, de 47 años de edad (25 de febrero de 1967) y con último domicilio en Deán Funes sin número, en barrio Felipe Botta de esta ciudad, fue detenido alrededor de las 2 de la madrugada del martes 3 de julio de 2012 en la esquina de avenida Rawson y calle Chile, frente a la cancha de River, luego de ser interceptada por una comisión policial la moto en que se conducía.
La persecución se había iniciado unos minutos antes en la intersección de Buenos Aires y Porfirio Seppey (exruta pesada), donde dos sujetos que circulaban a bordo de una Honda CG 125 eludieron un control policial.
Al percatarse de la presencia de efectivos del Comando de Acción Preventiva, los ocupantes de la moto huyeron a gran velocidad, pero fueron alcanzados en las inmediaciones del Parque Pereira y Domínguez, donde los uniformados efectuaron disparos con balas de goma y alcanzaron a Martín, quien viajaba como acompañante.
En poder de Martín se halló la singular escopeta, por lo que fue detenido y puesto a disposición del fiscal de turno, quien días después le imputó el delito de “portación de arma de guerra” por tratarse de una escopeta con caño recortado.
Cabe señalar que el conductor del rodado logró darse a la fuga, pero poco después fue identificado y también resultó detenido, aunque no llegó a juicio junto a Martín porque, al no llevar el arma y carecer de antecedentes penales, solicitó la “probation” (o suspensión del juicio a prueba), instancia procesal que todavía no fue resuelta.
El cómplice
Se trata de Alan Cristian Solís, de 27 años (19 de junio de 1986) y con último domicilio en Juárez Celman 805, quien deberá aguardar lo que resuelva la Justicia para saber si logra evitar sentarse en el banquillo de los acusados como lo hizo su compañero de andanzas.
Ante el cambio de calificación planteado por el acusador público, la sanción a imponerse fue sustancialmente menor, y como Martín no registraba antecedentes penales computables, pudo acceder a una pena en suspenso que, al mismo tiempo, le permitió obtener la libertad inmediatamente después de leída la sentencia.
El juicio fue presidido por el camarista René Gandarillas y, además del fiscal Márquez, participó de la audiencia el abogado Juan Antonio Rusconi (ejerció la Defensa de Martín), mientras que el secretario actuante fue Roberto Jue.
Fotografías: 1) Nelson Martín fue detenido el 3 de julio de 2012 y estaba privado de la libertad porque el delito que se le atribuía no es excarcelable
2) Como Martín padece un serio problema auditivo, el secretario de la Cámara del Crimen, Roberto Jue, debió acercarse al condenado para leerle en voz alta el veredicto