Mariela Bortot, la mujer de 41 años que fue vista por última vez mientras caminaba por las calles de Inriville el pasado 25 de enero, continúa desaparecida, y su familia, que busca acelerar la investigación a nivel federal, llegó a Buenos Aires, donde se reunió con el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda.
“Ya son 81 días y no sabemos nada de ella”, precisó Yessica Fontana, una de las hijas de Mariela, quien junto con su hermana Brenda y su tío Claudio Bortot se entrevistaron con Fresneda en la Secretaría de Derechos Humanos.
“Presumimos que fue raptada; hay un detenido, pero nada más. La vimos por última vez ese día un rato antes que saliera a caminar, como lo hacía habitualmente, porque ella es muy deportista”, señaló Yessica.
En este marco y en un contexto que definió como de “desolación”, la hija expresó que “estamos reclamando celeridad de parte de la Fiscalía ya que notamos que muchas veces se frena todo”.
“Tenemos el apoyo de la gente, pero no tenemos el apoyo del intendente ni de las autoridades del pueblo; por eso vinimos acá a que nos asesoren sobre qué hacer”, enfatizó.
“Estamos evaluando la posibilidad de cambiar la carátula a ‘ausencia por desaparición forzada’ y que pase a nivel federal, para que haya más fiscales y que los que están trabajando ahora no se frenen, que avancen con la investigación”, añadió.
Hay un afiche en el que la familia pide que, ante cualquier información, las personas llamen a los números (034676) 154-16814 y 154-38794, y además se publica un teléfono 0800-888-3764, porque se ofrecen 100.000 pesos “por datos certeros del paradero de Mariela viva”.
Claudio Bortot remarcó que su hermana pudo haber sido “víctima de trata de personas” y precisó que “la causa está en los Tribunales de Corral de Bustos, a cargo del fiscal Gustavo Zucchiatti, quien tiene poca predisposición con la investigación, porque no toma las cosas con la debida seriedad”.
Con respecto al único detenido que hay en la causa, Jorge Orellano, Jessica dijo que “es un expolicía que estaba trabajando como seguridad en los campos del intendente del pueblo, que se involucró en la causa, culpó a gente que se comprobó que no tenían nada que ver, buscó desviar la investigación plantando pistas falsas y no puede explicar qué hacía el día en que desapareció mi mamá”.
Aseguró que “se realizaron rastrillajes en el radio de los campos donde él trabajaba porque los conoce bien y tuvimos que enfrentar, además del dolor de no saber dónde está mi mamá, la mala actitud del intendente porque se rastrillan sus campos; y por suerte no se encontró nada allí pero van a seguir los rastrillajes”.
La joven, de 23 años, explicó que la hipótesis de la familia es que “ha sido raptada y debe haber más personas involucradas, porque es imposible que por el tamaño del detenido, él solo haya podido cargar con mi mamá, que es de contextura grande y tiene mucha fuerza”.
“Pensamos que quizá la raptó -continuó- por necesidad de dinero y entonces que la haya vendido, porque no hay otra explicación y además parece que este hombre no tiene antecedentes”.
Aclaró que la mujer “no conocía al detenido más que de vista porque es del pueblo”, desmintiendo versiones que decían lo contrario.
Por su parte, Fresneda dijo a Télam que “la preocupación es que la Justicia de Córdoba empiece a desistir de la intensidad en la búsqueda y más aún cuando se elaboran diversas hipótesis y que podría ser víctima de trata; no se está direccionando la investigación en ese sentido”.
El objetivo de “reunirnos con la familia es ponernos a su disposición y a disposición de la Justicia e instar a que todas las instancias del Estado articulen políticas” para encontrar a Mariela.
“Pedimos a la Justicia que se avance con las pericias que están pendientes”, expresó, y aseguró que desde la secretaría gestionaron entrevistas con funcionarios de distintos organismos, entre ellos con Zaida Gatti, directora nacional del Programa de Prevención de la Trata.