Señor director:

Días atrás, tuve el gran gusto de presentar en sociedad -y con prometedora repercusión- la iniciativa “Creo en Villa María”, impulsada y gestionada por la Fundación La Vanguardia, entidad que presido desde el comienzo de sus actividades. Dicha presentación llegó a los ciudadanos a través de la prensa local, que cubrió con generoso espacio y buen detalle lo ocurrido el lunes próximo pasado en la sede de la Asociación de Empresarios de la Región Centro Argentino (AERCA), en donde tuvimos oportunidad de comentar y compartir el alcance de nuestra propuesta con los principales medios de la ciudad y la región.

Creo en Villa María, una iniciativa de Fundación La Vanguardia, se presentó ante la gente como un nuevo espacio sin sello partidario, un foro libre en el cual varios equipos van a generar -y someter a debate- las ideas y proyectos que aporten a las soluciones tan necesarias para la comunidad, con vistas a mediano y largo plazo, cuyo resultado final será un completo informe de libre acceso, un verdadero plan estratégico a disposición del ciudadano. “Creo en Villa María” será, sin dudas, una auténtica usina de ideas que, bien aprovechada por quienes administren la comuna en el futuro, aportará a la construcción de una ciudad diferente, bien preparada ante las emergencias, una ciudad -y una región- protagonista de su propio futuro.  

Pues bien, en todos los medios cuyo contenido publicado tuve oportunidad de revisar, la comunicación de nuestra  propuesta fue, como mínimo, impecable.   Al menos eso pensaba, hasta leer la columna de opinión titulada “Creo en Villa María, pero vivo en Villa Nueva”, publicada por este medio el 10 del corriente.

En dicha nota, cuya autoría comparten dos personas, se deja ver una auténtica comedia de enredos, errores y contradicciones, comenzando por su título, el cual -intuyo- pone en duda mi condición de villamariense o de residente en mi ciudad.

Bueno, muchachos, déjenme comentarles algo: para empezar, debieran revisar tan creativo encabezado y titularlo diferente, ya que,  atento a  mis obligaciones parlamentarias como diputado de la Nación y al menos hasta fines de 2015, mi residencia y mi actividad laboral necesariamente transcurren en la Capital Federal. “Creo en Villa María pero vivo en Buenos Aires”, por ahí les quedaba mejor.   

Siguiendo con la lectura del texto aquí publicado el pasado 10 de abril, se asevera que “los equipos técnicos del FAP (…) presentarán un plan de gobierno (…) la pluralidad de ideas que se pregona desde el FAP”, etcétera... tampoco muchachos, lo siento. Hemos dejado bien claro que dentro de “Creo en Villa María”, una iniciativa de Fundación La Vanguardia, no hay actividad partidaria y que se trata de un espacio totalmente abierto, cuyo único requisito para formar parte del mismo es compartir las inquietudes del ciudadano por su comunidad y las ganas de aportar ideas para el futuro de la salud, la educación, la seguridad y el tránsito, la planificación, el desarrollo social y otras áreas de primordial interés para los habitantes de la ciudad y la región.

Podría continuar con la funambulesca crónica sobre el artículo de marras, pero es mejor no aburrir al lector.   Prefiero aprovechar la oportunidad para invitar al ciudadano interesado -viva en la ciudad o fuera de ella- a ingresar en www.creovillamaria.com o bien en Facebook.com/creovillamaria para rápidamente involucrarse en las áreas de trabajo y comenzar a participar, a compartir nuevas ideas y, por qué no, a trabajar también por hacerlas realidad. Estamos todos invitados. Muchas Gracias.

Atentamente,

 

Jorge Valinotto