Comenzó en Villa María el 5to. Encuentro Regional con los intérpretes y creadores de la nueva música de raíz folclórica argentina.
En el Campus de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) se llevaron a cabo la presentación y la primera mesa que contó con importantes disertantes.
Esta propuesta que encabeza la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, a través de la Dirección Nacional de Artes, se une a la Universidad Nacional de Villa María y a la Municipalidad de la ciudad, las que este jueves y viernes llevan a cabo Generación XXI Centro.
Luego del encuentro que se llevó a cabo en Tucumán los días 27 y 28 de marzo, Villa María se puso a punto para que aquí se desarrollen los debates, las preguntas y los objetivos para el futuro de la música folclórica de la región Centro, en particular, y la nacional en general.
La vida hecha música
Tras un documental de José Luis Castiñeira de Dios, donde la zamba y la chacarera, los caminos de Andrés Chazarreta y la importancia de los Hermanos Abalos contaron la historia de cómo fue cambiando la percepción y la importancia del folclore en nuestro país. Por ello, quien comenzó disertando fue el legendario Vitillo Abalos.
Esa leyenda viviente de la nuestra música popular fue una lección de vida y de música para quienes estaban allí. Como cuando empezaron allá, antes de mitad del Siglo XX, y se decían entre ellos que debían enseñar más a la gran urbe de la música, de nuestra música.
Eran épocas donde las radios decían “suena bien, pero no es comercial”. Todavía se indigna Vitillo, que, de todos modos, no pierde la sonrisa. Entre chistes y frases, cuenta cómo “el hombre propone, Dios y el bombo disponen”. Para él, todo empieza ahí, el baile, el canto, su folclore.
“Hay que argentinizar al argentino y subordinarlo a lo que está hecho. No se puede aprender una letra del abecedario si no se conoce la letra A y el folclore es eso. Es lo primero, no hay que usufructuarlo”, ratificó Vitillo y alentó a los jóvenes presentes a aprovechar este camino que tiene principio, pero no final, y más con las facilidades del ahora. “El folclore es como un fogón: hay que seguir poniendo leña. ¡Que no se acabe nunca!”, concluyó.
Mario Díaz continuó hablando, mientras Víctor Pintos los presentaba. El periodista y conductor del programa radial Disco Pi era ideal para moderar. Conocedor como pocos y comprometido como tantos, es un libro abierto de la música argenta. Mario observó que “lo único que se empieza desde arriba es un pozo. Traten de innovar, que no es renovar. Porque lo último es suplantar y lo primero es ir a la raíz y desde allí crecer”.
Suna Rocha, tan conocida por su dúo con Raúl Carnota, pero más por su camino en la música, se mostró orgullosa de participar “en un lugar que va a sumar al arte” y sostuvo que, como le dijo Atahualpa Yupanqui una vez, hay que “esquivar el arte que anda mendigando”. Eso es algo que no se puede hacer ni perdonar y ella lo demuestra con su accionar y cantar.
Las historias son las que hablan
Mauro Ciavattini se encarga de los vientos en el Trío MJC, grupo que ganó el premio Consagración Cosquín 2013, aunque hace varios años ya que se ganó el respeto de los conocedores. Con 30 años, es parte importante de esta nueva generación que hereda la guitarreada y las peñas.
“Salvado por el folclore” comentó que hay que tratar de unir la universidad de la calle con la académica para que el resultado sea realmente exitoso.
Daniel Patanchón, quien se presentó a sí mismo como “el menos conocido”, es quien, entre otras distinciones, acompañó a Horacio Banegas durante 10 años. Hizo hincapié en no perder de vista la música de raíz. Llegado de Santiago del Estero, aprendió a que su objetivo sea componer y vivir de sus canciones. “Enaltecer lo que uno crea para reflejar nuestra realidad social; eso es lo que trata Generación XXI”.
José Luis, por su parte, demostró su capacidad y seriedad en estos proyectos. Quien estuviera al lado de Mercedes Sosa en los años más importantes y fuertes de su vida, incluyendo la vuelta a la Argentina, contó sus historias en torno a la música. Remarcó la importancia de lo criollo. “Lo folclórico en España es algo malo. Acá, cuando se lo menciona, ya se sabe de qué se habla. Por eso para mejorar, para ser músicos argentinos, tenemos que conocer y practicar nuestra música” concluyó.
Música, raíces, identidad, memoria... todo resumido en unas pocas horas y en las experiencias de los consagrados que reciben a la nueva Generación XXI con los brazos abiertos y con la sinceridad de la enseñanza.
Dejando en evidencia que, como cantaban Los Redondos, “el futuro llegó hace rato”, ahora es tiempo de mantenerse, levantando bien alto la bandera del folclore.
Juan José Coronell