Termina el documental “Argentina es música”, de José Luis Castiñeira de Dios. Una dosis de música norteña y declaraciones de los músicos. La tierra que canta y es cantada.
Se escucha una quena de fondo. Viene de una de las aulas de la UNVM, donde son miles los que estudian música. Quien toca es uno de los pocos que no asiste a la segunda mesa de debate, de la segunda jornada del Quinto Encuentro Generación XXI, pero a su manera está.
Moderada por Claudio César Orellano, locutor de Radio Nacional Córdoba, la mesa estuvo presidida por Vitillo Avalos y Suna Rocha como en el primer día. Además Paola Bernal, José Luis Aguirre y Juan Iñaki.
Fue el gran referente quien habló en primer lugar. Ante la posibilidad de incurrir en otros géneros por parte de los nuevos cantores, se le pidió una opinión al respecto. Fue tajante al afirmar: “No es fácil contestar, cuando me preguntan ‘¿qué le pareció tal o cual banda?’, yo siempre digo que son buenos músicos pero que tienen que conocer mejor para hacer mejor música. Nadie es quien para cambiar lo que hicieron nuestros padres ya abuelos”.
“Les guste o no tienen que aprender, no pueden hacer lo que quieren. Los Hermanos Avalos no inventaron, averiguaron lo que ya estaba hecho” declaró para finalizar, con su bombo bien cerca, por supuesto.
Rocha por su parte, festejó las “intenciones auspiciosas de los jóvenes, a quienes venimos a dar la posta”. “Porque no quiero ser una viejita patética arriba del escenario, cuando no pueda dar el giro en la chacarera me voy a mi casa”, aseguró, demostrando que eso también es compromiso con la música, junto a la docencia a la que se quiere dedicar cuando llegue el momento de retirarse.
Gran observadora, siempre pensó de dónde y cómo sacó ritmos el hombre. “Ver correr una llama en contra del cerro en el norte huayno, o las moliendas que hacemos, que puede ser una vidala chayera… ¿Será que el hombre saco de lo que lo circunda a los ritmos? Veamos que nos emparenta a los pájaros, a lo que nos rodea” aconsejó. Observar y sentir para crear, sin más.
Hijos de la música
Paola Bernal es el caso del artista que va al público y no espera que sea al revés. Con su peña en Cosquín, una de las más lindas y concurridas en cada enero, lleva a cabo su gestoría cultural de la mejor manera. Su arte y su calidad se alinean con la autogestión. “Todos necesitamos de la autogestión, porque sabemos que no somos comerciales. Desarrollamos un trabajo en el que creemos, sin saber si es exitoso. Ya sea por un disco, encontrar el público, el espacio, la supervivencia en ciertas palabras sin dejar de ser consecuentes ni abandonar convicciones”, comentó frente a los que recién se inician en esto.
El “Chango” Farías Gómez llamaba música clásica argentina al folclore. La presencia de su hijo “Juancho” entre el público, y el camino recorrido de Juan Iñaki daban por cierta esta teoría. Fue Juan quien dijo que todo lo que se genera en nuestro territorio es producción nacional y permite que convivan armónicamente diferentes estilos. “Hacia eso, que es la gran idea, vamos caminando. Por eso es necesario más charlas como estas, para reformular preguntas las veces que hagan falta. La música es dinámica como la cultura, y se mueve a la par nuestra, por ende cambia. Me interesa y me gusta lo que veo en el panorama de hoy” comentó uno de los exponentes de la música popular en Córdoba. También se siente a gusto por poder ver esta apertura de los músicos, que muchas veces parecen “traicionar al género y lo pagan muy caro. Y no hay especulación detrás de eso, hay amor”. De eso creemos que se trata, de amar lo que se hace, para que sea mejor cada vez más.
¿Qué hablamos cuando hablamos de folclore?
Sin lugar a dudas, una de las mejores disertaciones fue la de José Luis Aguirre. El cordobés pidió no hablar de algo en particular, ya que él tenía pensado compartir cosas que pensó al leer la presentación de Generación XXI. Las palabras claves fueron “nueva y folclórica”.
“Pido la palabra continuidad en vez de lo nuevo. Es fácil confundir lo nuevo, con lo último, lo que se consume y se descarta, lo novedoso, escuchamos muchas veces hablar de lo nuevo como ‘el nuevo folclore o folclore joven’. Lo nuevo no aparece de la nada es una continuidad, y prefiero esta palabra porque nos obliga a retomar la raíz latente. Nos pone de frente con lo que se viene diciendo, porque los creadores de antes son la esencia, el nervio de un ser que ya viene siendo, que va mutando y que es. Un árbol que nos toca, para que nosotros hablemos ahora con belleza y originalidad propias de lo que sea. En cuanto al folclore, en vez de esa palabra propongo el ‘nosotros’. La raíz sostiene el árbol y este se expande en ramas a modo y gusto. La palabra folclore nos dispone como en un supermercado, en un estante por sectores para la compra del consumidor. Esta definición me da la sensación de un tipo que mira lo que hacen en un cerro, por ende nos quedamos como mero espectadores. Es innegable que el árbol tiene diferentes ramificaciones, que son los estilos. Cada quien se expresa con lo que tiene en la mano. Pero el hecho es folclórico porque nace desde uno. Pero eso tampoco me convence. El nosotros nos incluye y nos hace responsables. No difiere de ritmos, de estantes. Nos permite ser un todo”.
Juan José Coronell
Especial