Las historias de personas que, aparentemente, eran poseídas por el demonio pulularon durante añares en el imaginario popular.
Villa María y Villa Nueva han tenido a lo largo de su existencia numerosas leyendas que involucran apariciones fantasmagóricas, posesiones y otros episodios paranormales.
En la última década estos episodios singulares que corrían de boca en boca, y ante los que nunca aparecían testigos directos, fueron contados con los dedos de una mano. Por caso, en mayo de 2009 un rumor fue tomando fuerza desde la plaza Gregoria Matorras, de barrio Las Playas, asegurando que las hamacas del lugar se movían solas y la versión cruzó todos los barrios de la ciudad, con agregado de condimentos mientras pasaba de vecino a vecino.
Los alumnos del IPEM 99 Rosario Vera Peñaloza, la escuela secundaria asentada en ese sector, se hicieron eco del enigma y lo publicaron en las páginas de su revista.
En abril de 2011, otros relatos que colocaban a un supermercado local como escenario de la presencia de una figura extraña ganaron la calle. El sacerdote Gustavo Romero, por entonces párroco de Nuestra Señora de Lourdes, en el barrio Ameghino, admitió a EL DIARIO que estos hechos “pueden ser ciertos”, aunque no les dio trascendencia.
Más tarde, las redes sociales se encargaron de propagar otro supuesto suceso similar, esta vez, en las instalaciones de una clínica céntrica.
Un sacerdote de la Diócesis confía ante la pregunta de este matutino: “Los exorcismos existen en la actualidad. No son hechos comunes y, cuando ocurren, no toman trascendencia porque, a diferencia de otras épocas, hoy la gente tiene vergüenza de comentarlos y se los oculta”.
El jefe de la Iglesia Católica local, el obispo Samuel Jofré Giraudo, no escapó al interrogante que le planteó este medio. “El exorcismo es una práctica que la Iglesia vive y ha vivido. Hay más ordinarios y otros no tan comunes, que son extraordinarios y solemnes”, explicó el pastor.
Al hacer alusión a los primeros, precisó que es lo que ocurre, por ejemplo, en cada bautismo. “Luego puede hacerse de modo privado, cuando pensamos que una persona está tentada y todos podemos rezar por esa persona. Los sacerdotes de modo particular”, añadió.
Además, están los “exorcismos extraordinarios, que se hacen en ocasión de situaciones peculiares, raras, que es la posesión demoníaca”.
Jofré admite que para la Iglesia Católica “eso es posible y no puede descartarlo”, pero enseguida hace salvedades. “Es importante que sepamos que es raro y que no es la principal acción del demonio. La principal acción es la tentación, por la cual nos induce al pecado”.
Entonces, desde su modo de ver, “darle demasiada importancia al fenómeno raro puede ser hasta parte de la estrategia del demonio de entretenernos con eso mientras nos apabulla con tentaciones”.
-¿Hubo exorcismos extraordinarios en la Diócesis durante los últimos años?
-Que yo sepa, no.
-¿Usted es el encargado de autorizarlo?
-Sí, a uno solemne sí.
-¿Cualquier sacerdote puede hacerlo?
-Teóricamente sí, pero conviene que tenga la experiencia, e idoneidad. Es importante que la persona esté experimentada en tal circunstancia y que tenga particular capacidad teológica y espiritual para que no se confunda. El diablo es mentiroso, es el padre de la misma. Y puede engañar.
-¿Siempre da resultado la intervención del cura?
-Mire, la Iglesia actúa con la certeza de que su acción es eficaz. Siempre da resultado la prédica, es un don, pero que se aproveche o no es otra cosa... no es magia, no es automático. Aprovechar la gracia de Dios está en la libertad humana.
-¿Recibió pedidos para practicarlos?
-No, particularmente yo no, pero soy un obispo nuevo (N. de la R.: asumió la conducción eclesiástica local hace un año). Hay muchas situaciones espirituales muy raras, donde la gente con facilidad ve una situación extraordinaria de presencia del demonio y entonces pide una bendición, a veces desubicada. Tienden a pedir la solución mágica, por ejemplo, la cura de una enfermedad. Pero el hecho de que no sea real, no significa que el diablo no está trabajando. A veces la acción demoníaca puede ser hacer creer que es él el que está concretando la misma. Por ejemplo, una señora cree que el diablo le mueve la rama del árbol que está en su patio y no es así, pero eso no quita que sea él quien le esté sugiriendo que es el que está haciendo ese movimiento. Algunas veces uno ve con mucha claridad la acción demoníaca, por ejemplo, en las peleas familiares que se suscitan por brujerías.
Quienes se encuentran con contrariedades y van a consultar a un brujo, se encontrarán con respuestas obvias porque los brujos saben que quienes van a verlos lo hacen por algún problema. Entonces le dicen a la gente que le han hecho un daño y facturan (monetariamente) así. Y provocan peleas, porque la persona cae en un círculo vicioso que es demoníaco.
- Es un chantaje
-Ciertamente es una gran mentira y una gran estafa, pero el diablo hace su trabajo. Por más que el brujo sea un comerciante, no significa que el diablo no lo use. Y fíjese los problemas que causan porque, por ejemplo, le dicen a quien acude a ellos que un familiar le ha hecho un daño. Y piensan que es la cuñada o la suegra y se arman unos grandes líos. Así como Jesús viene a recomponer, el demonio hace lo contrario.
Con la confianza en Dios se sana eso, cuesta muchísimo a veces porque el mal provoca enemistad y deja heridas. Después también se los busca ante problemas económicos y se generan falsas esperanzas.
-Hay quienes promocionan la unión de la pareja y cosas similares. ¿La Iglesia lo descarta?
-Ustedes facturan bien con esas cosas en los clasificados. Es algo totalmente ineficaz. Y si alguna vez tiene eficacia, es demoníaca. Si pudiera darse un caso de que dos personas lleguen a matrimonio por el hecho de uno accionar, por dolo, por enganchar al otro de esa manera, sería un matrimonio nulo. El matrimonio es la donación de la propia vida, por lo que buscar amor por medio de embrujos es lo contrario al amor. Es querer dominar, usar, eso no es amor... no hay acto de amor allí. Y significa absorber al otro.
D. B.