La obra "Federico García viene a nacer" cambió su fecha de estreno. Ahora será este miércoles a las 21.30 en La Salamandra, en calle Buenos Aires al 400.
Había sido anunciada para el pasado sábado. Las entradas para este miércoles están agotadas, pero habrá otra función el sábado 3.
Contará con un elenco compuesto por:
Soberana Loca: Roxana Sella.
Lorca: Sebastián Richard.
Mujer: Laura Belén Gómez.
Voz en off: Alejandro Miranda Raposo.
Dirección: Sebastián Richard.
Asistencia técnica: Sebastián Giordano y Mariano Martínez Saco.
Diseño gráfico: María Luz Castisani.
Fotografía: Hugo Gaido.
El autor se atreve a todo: trae a vivir hasta nuestros días a Federico García Lorca (el aparentemente matado). Lorca hace pie en estos años ayudado por dos mujeres necesariamente locas. Así es que se entera de cosas terribles y prodigiosas ocurridas tras su muerte.
En esta obra se toma por asalto la idea de la resurrección. Se vivifica, se hace tangible, porque, dice, “no basta asesinar para matar. No siempre la muerte se sale con la suya. Porque, agrega, “la resurrección no es una metáfora: es un derecho y es un deber”. Así afrontada “la resurrección es la forma más extrema de la utopía”.
Miguel Angel Solá, el protagonista de “Federico García viene a nacer” cuando fue estrenada, en 1986 escribió al elenco villamariense de esta manera: “‘Si Federico García viene a nacer’ significa algo para alguien, ese alguien porta mi nombre en el documento. En 1986 llevaba seis años sin saber de las tablas, por culpa de una dolencia cervical que aún hoy persiste. Tenía miedo de volver. Tenía pudor de subirme a ellas disminuido físicamente y bajarme de ellas moralmente avergonzado. Creía no poder. En ese tiempo ‘raro’ llegó a mi vida Rodolfo Braceli, con su timidez y toda su empecinada letrigrafía a cuestas, queriendo devolver la sangre a su cauce.
Este hombre -intenso, bueno, obstinado, vitalmente herido de poesía, este homenajeador del humano sentir, del humano hacer, del humano respirar boca a boca, este ayudador de la memoria, este mendocino aconsejable para mayores de un año y menores de 115, este hombre útil al hombre- llegó con su pan bajo el brazo.
Y me pidió más que lo que yo creía poder en ese momento: que reviviera como su Federico.
No es sencillo agradecimiento. Es la misma fe que él deposita en la condición humana cuando la invita a no creerse este festín de solo muerte que nos deparan los que se asustan con la vida y la deshacen.
Hoy la reentrega es en La Salamandra, de Villa María, de la hermosa Córdoba. El buen panadero ayuda a que otros mejoren su sabio oficio aportando levaduras propias y temperaturas que hacen del pan y el horno de cada día la más bella aventura.
‘Federico García viene a nacer’, viene a nacer. ¡Alzar las copas! ¡Abrir los corazones! Este nuevo bebé ya probó haber sido hombre entre hombres. Vale la pena festejar el sueño de su autor, ese que nos restituye lo que nuestro es.
¡Qué suerte tienen ustedes! A veces suceden cosas que casi nunca suceden.
A disfrutar. A sanarse. A ser otra vez poesía.
O sea: amor”.