En homenaje al fallecimiento, el 29 de abril de 1926, del doctor Ignacio Lucas Albarracín, fundador junto a Domingo F. Sarmiento de la Sociedad Protectora de Animales y propulsor de la Ley Nacional de Protección de Animales (Nº 2.786).
El vínculo que se establece entre los hombres y los perros suele ser de un profundo amor y dedicación, sin embargo hay miles de animales en situaciones marginales en todo el mundo.
Nuestra misión en esta vida es para con ellos, nuestros hermanos menores, no porque existan seres superiores e inferiores… sólo porque “ellos” son más pequeños, indefensos, vulnerables ante las enormes atrocidades humanas. Solemos despectivamente utilizar la palabra “animal”, cuando ellos serían incapaces de “abandonar a sus crías, de abusar de uno de sus prójimos y ni hablar de dejar a los más viejos abandonados”... todo lo contrario, en la naturaleza, la madurez es sinónimo de experiencia, sin dudas las leyes son sabias y mucho más justas que las creadas por el hombre.
Los albergues, refugios y protectoras están colmados de perros que pasan su vida esperando un adoptante. Los hay de todos los tamaños, todas las edades, todos los colores, especiales para chicos, especiales para adultos, especiales para los abuelos; los hay serios, simpáticos, juguetones, inquietos, tranquilos. Ideales para departamentos, ideales para casas; absolutamente para todos los gustos. Si ustedes conocieran la mirada de un perro que espera en un refugio, sabrían la existencia de lo profunda que es la necesidad de afecto y tristeza que trasmiten. Les aseguramos que después de haber visto esos ojos, no les daría la conciencia para comprar uno.
El amor y agradecimiento que profesa un perro abandonado es conocido ya desde hace mucho, ellos saben que se les está dando una nueva oportunidad y no lo olvidarán jamás. Generalmente se convierten en excelentes guardianes y defensores de su nuevo hogar, ya que no estarán dispuestos a perderlo por nada del mundo.
Asociación Protectora de Animales Villa María