Señor director:
Como organización comprometida con la lucha y defensa de los derechos humanos nos solidarizamos con el joven Leonardo Sales, recientemente torturado en la vía pública ante un número importante de testigos por parte del policía Eric Sierra, quien en un acto de total cobardía agredió al joven en el momento que éste se encontraba en el piso esposado, sin tener la posibilidad de defenderse de la brutal agresión.
No es la primera vez que el oficial Eric Sierra ejerce este tipo de violencia, utilizando la misma metodología. Tiempo atrás, en las afueras del boliche bailable Ciro, estuvo implicado en un hecho de similares características. Con el agravante que algunos testigos señalaron que se encontraba en estado de ebriedad.
La Justicia de Villa María conoce estos lamentables sucesos que fueron oportunamente denunciados en las fiscalías de turno, acumulando un número considerable de denuncias por diferentes incidentes y ninguna con resolución favorable para las víctimas. Todas ellas paralizadas en los despachos de los fiscales Daniel del Vö y Gustavo Atienza, dando muestra de la impunidad que garantizan los fiscales.
El Gobierno de la provincia de Córdoba no puede resolver estos ataques a la dignidad humana trasladando a este mal policía a otra jurisdicción, por lo que solicitamos que sea procesado y expulsado de la fuerza.
No sólo tiene que haber una condena moral y social de estos actos aberrantes contra la condición humana, sino que tiene que haber una condena política y judicial que ejemplifique.
Córdoba no está ajena a este mundo globalizado donde vivimos, "la era de la internacionalización de los derechos humanos", donde se plantea un consenso internacional sobre la necesidad de asegurar que esos derechos sean respetados y garantizados por todos los estados.
Argentina no sólo firmó tratados internacionales sobre derechos humanos con otros países, sino que los incorporó a su Constitución y le dio carácter jerárquico constitucional, es decir, valen igual que las normas constitucionales.
No sólo durante las dictaduras militares se violan los derechos humanos, diariamente los jóvenes más humildes de nuestra ciudad reciben los impactos más siniestros del autoritarismo policial. Impidiéndoles transitar libremente por espacios públicos de la ciudad como el centro y la costanera. Creemos que la pobreza se "reprime" con políticas sociales; trabajo, educación, etcétera. Pero nunca con violencia policial.
VACAP VM