Con sus dirigentes varados en medio de un vacío legal en el Estatuto que no se pudo resolver, la Asamblea de la Liga Villamariense de Fútbol (LVF) terminó ayer con una elección de presidente parecida a la primera y, por lo tanto, todo se definirá en Personería Jurídica, al no cumplir los candidatos con sus respectivas mayorías para lograr el cargo.

Después de una serie de discusiones que fueron tomando temperatura, se presentaron los mismos candidatos: Carlos Airaldi, actual titular, y Claudio Martínez, su vice. Y si bien hubo un voto más para el dirigente de Alem con respecto a la primera votación, la situación siguió igual: Airaldi sacó 10 votos y no llegó a la “mayoría calificada” (necesitaba 12 para ser reelecto), mientras que Martínez obtuvo 7 y no le alcanzó para la mayoría simple (necesitaba 9). En consecuencia, como se acordó previo a la votación, la situación será enviada a la Dirección General de Inspección de Personas Jurídicas para que resuelva o envíe un dictamen al respecto, de manera que se pueda dilucidar semejante intríngulis.

Parecía que la historia podía cambiar luego de la primera parte de la Asamblea, efectuada el pasado 12 de abril, oportunidad en la que se acordó tras la votación (donde Airaldi sumó 11 votos y Martínez 6) conseguir un candidato de consenso.

Airaldi, acompañado por otros dirigentes del “oficialismo”, había reparado en la presentación de Juan Carlos Villafañe, quien asomó como un candidato potable. Entonces el presidente actual se bajó de la candidatura en la reunión de consejeros. 

Sin embargo, como Villafañe era presidente de San Lorenzo de Las Perdices durante el inicio de la asamblea, finalmente no pudo presentarse.

En ese contexto, Airaldi se rectificó ayer, tras el cuarto intermedio y, ante la consulta de Martínez, pidió disculpas públicas y anunció que su candidatura seguía firme.

Con los mismos postulantes, la discusión giró en torno al modo de elección, con fuertes debates que por momentos rozaron la falta de respeto.

Al lado de Airaldi, ante la ausencia del doctor Hugo Castro, estuvo como asesor letrado Eduardo Rodríguez (h), quien anunció que se había informado en la Inspección de Personas Jurídicas y que la segunda elección debía sostenerse con mayoría simple desde los dos lados. No obstante, Francisco Bordini, asambleísta de Alem, defendió la letra del Estatuto a rajatabla y la discusión se magnificó con la aparición de otros protagonistas, a tal punto que por momentos pareció que el “clásico del fútbol local entre Alumni y Alem” se dirimía en los escritorios, con las posturas bien diferenciadas de Sergio Hidalgo (presidente del “Fortinero”) y Bordini.

 

Cancha embarrada

 

La discusión por la elección llegó después de otro gran debate, producto de un cambio de asambleísta que propuso Unión Social de Alto Alegre, club envuelto en una crisis interna que quedó expuesta en la víspera.

Con firmas de sus autoridades, Unión presentó una nota informando que el nuevo asambleísta era Juan Pablo Zillio, hijo del actual titular del club, Juan Zillio.

Ambos estuvieron presentes en la asamblea, pero Alem se negó a aceptar el cambio porque el asambleísta del inicio, Alexis Centeno, se encontraba presente y se consideraba que era éste quien debía representar a esa institución, basándose en lo que marca el Estatuto en el artículo 18, que remarca sobre un cambio de asambleísta en caso de que no pueda estar presente el designado. 

En ese momento estaba todo claro: Centeno era “un voto” para Martínez, algo que Zillio consideraba una “traición” porque la comisión que comanda se había inclinado por Airaldi.

La puja por el asambleísta de Unión Social se resolvió con una votación y finalmente se aceptó el cambio propuesto por Zillio.

El “primer round” que perdió Martínez en asamblea parecía inclinar la balanza a favor de Airaldi, teniendo en cuenta que había sacado 11 votos de 12 en la primera elección y que, con Zillio a su favor, podía llegar a la ansiada mayoría calificada.

De todas maneras, cuando se inició el conteo de la segunda votación de presidentes, supervisada por la escribana Mariana Jue, el resultado dio cuenta de algunos cambios inesperados: esta vez, Airaldi tuvo 10 votos y Martínez 7, es decir, dos más que la anterior si se tiene en cuenta “la baja” del hombre de Unión Social.

 

¿Quién miente?

 

Diferentes dirigentes dijeron haberse asesorado en Inspección de Personas Jurídicas con respecto al vacío legal que aparece en estos casos, pero todos llegaron con una postura diferente.

Hay quienes dicen que Airaldi es ganador porque la segunda elección sería una especie de “ballotage” y ya no cuenta la mayoría calificada, sino sólo la mayoría simple. Y otros apuntan que al no cubrir con los dos tercios, los votos de Airaldi “se caen” y es Martínez, en este caso el otro candidato, quien debería erigirse como el nuevo presidente. 

Por primera vez en la historia de la LVF, la asamblea finalmente terminó con una elección indefinida. Ahora se resolverá en otros escritorios, que precisamente, no son los del fútbol local. 

 

A cargo de Becerra