Esta nota empieza con dos datos que, a decir verdad, constituyen una paradoja. Por un lado, la poca demanda de psicopedagogos que hay desde los “cargos oficiales” (los gabinetes psicopedagógicos de las escuelas). Por el otro lado, el vastísimo territorio virgen en otros ámbitos que, si bien no llama a los egresados a sumarse con bombos y platillos, deja abiertas las puertas para la construcción del aprendizaje en el área de recursos humanos.
¿Qué ha pasado en estos pocos años para que brillen las dos caras de esa moneda? Mejor será que a la primera respuesta la ensaye una especialista, la licenciada Cecilia De Dominici, quien desde hace dos años coordina la Licenciatura en Psicopedagogía en la UNVM.
“Me sorprende que haya bajado el nivel de oportunidades laborales. Hace dos años, mínimamente, todos los profesores trabajaban en algo, tenían un taller en algún centro vecinal o colaboraban con algún colega. Pero eso ya no es así”, comenta.
¿Cómo explicás ese bajón laboral?
-Por un lado, hay mucha oferta de psicopedagogos y las escuelas ya los han hecho ingresar a todos en sus gabinetes. Pero yo siempre les digo a los psicopedagogos que no necesariamente tienen que esperar que se desocupe un cargo para entrar a trabajar, que el psicopedagogo tiene muchas estrategias para generar espacios. A tal punto que cuando comienzo el año, siempre les digo que son insospechados los lugares en donde el psicopedagogo puede inaugurar su trabajo.
¿Cómo cuáles?
-Tengo el ejemplo de una egresada que se fue a Córdoba y empezó a trabajar en la Federación de Bomberos Voluntarios. Al poco tiempo generó un centro de capacitación que le dio un vuelo increíble al departamento. Hoy se ha abierto el ámbito empresarial para el psicopedagogo, específicamente en el campo de los recursos humanos.
¿Por qué razón los psicopedagogos no conciben otros empleos que los convencionales?
-Tiene que ver con toda una concepción de la psicopedagogía. Y es que durante mucho tiempo la práctica psicopedagógica se circunscribió a las dificultades del aprendizaje. Pero hubo un cambio de paradigma y ahora la psicopedagogía entiende en cualquier situación de aprendizaje.
La carrera, las matrículas y el seminario
¿Cuál es el perfil de los psicopedagogos que deciden hacer la licenciatura en la UNVM?
-Generalmente el psicopedagogo que se recibe en un profesorado ingresa a trabajar en el ámbito privado o se pone un consultorio. Y entonces trabaja con personas con dificultades en el aprendizaje. Pero muchas veces no se conforma con los conocimientos del Nivel Superior y quiere profundizar en Psicopedagogía Clínica, Comunitaria o Institucional; también investigar y producir conocimiento. Es entonces cuando ingresa a la licenciatura. El trayecto tiene dos años de cursado y los estudiantes egresan con un trabajo final de grado.
Hubo un considerable aumento de la matrícula, ¿no es así?
-Sí. Siempre tuvimos entre 15 y 20 ingresantes por año, pero hasta 2009 sólo ingresaban los recibidos en el Rivadavia. A partir de ese año y por decisión del Consejo Superior, la matrícula se abrió para todo psicopedagogo o profesor del país. De hecho, hoy tenemos estudiantes de Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y Misiones. Este año tuvimos 30 inscriptos.
Mañana tendrá lugar en la UNVM el seminario sobre “Prácticas reflexivas” que dictará el doctor Medina Moya, de la Universidad de Barcelona. ¿Cuál es la importancia de ese curso?
-Si bien está dirigido a varias carreras relacionadas con la salud, lo que nos interesa a los psicopedagogos es que ese curso nos permitirá hacer de la psicopedagogía una práctica reflexiva también. Y eso es bueno para que no sucedan algunos contrasentidos.
¿Cómo cuáles?
-Te doy un ejemplo. Un egresado de nuestra licenciatura empezó a trabajar en el gabinete psicopedagógico de una escuela con muchos problemas de repitencia y deserción. Y al poco tiempo, lejos de intentar resolver esos problemas, tenía el mismo discurso que el maestro, que el director y que los padres. Decía que en ese ámbito había muy poco por hacer, que la repitencia era imposible de revertir. ¡Y esa es justamente la tarea del psicopedagogo, hacer para que en un ámbito se mejoren las prácticas educativas! Por eso es interesante el curso de Medina Moya, porque va a ahondar en estas reflexiones para que la práctica sea cada vez más profesional y no haya un “no” como respuesta.
Iván Wielikosielek
-Especial UNVM-