A pesar de la temperatura adversa, la humedad y los infaltables mosquitos, el público se arrimó al teatrino del Subnivel para apreciar la segunda jornada programada por el municipio para el fin de semana largo. Ayer por la tarde, se plasmó una grilla de corte folclórico con la presencia del solista Eduardo Font, el conjunto local Los Soñadores y el reconocido cantautor Raly Barrionuevo.
Cerca de las 18, el animador Alberto Luna anunció el arribo del músico oriundo de la localidad santiagueña de Frías, quien en primera instancia subió a cantar sólo con su guitarra. Tras regalar la recordada zamba “De mi madre”, esperó la compañía de su banda (integrada por el baterista César Elmo, profesor de la UNVM), para desandar obras de sus diferentes álbumes. Fiel a su estilo sencillo y antiefectista, el artista primó recorrer piezas más estilizadas (como “Melodía viajera”, Tu regreso” o “Un pájaro canta”) y no tan difundidas, para luego encender las palmas con creaciones más festivas como “Rodar” (canción que da nombre a su último álbum y que interpretara con guitarra y armónica) y joyas del repertorio popular como “Luna cautiva”. Mientras entre las gradas se formaban parejas por contagio de la música, Raly solicitaba un mate y un “bizcochuelo” para amenizar la tarde. También tuvo tiempo para rescatar una antigua zamba de exquisita poética, “Amémonos” de Antonio Tormo y celebrar el Día del Trabajador, con una reflexión: “La felicidad propia no debe pararse en el dolor de nadie”. Para el cierre, recobró su característica versión de “Hasta siempre” (dedicada al Che), un set de chacareras con “Alma de rezabaile” y “Chacarera del exilio” y su declaración de principios en “Somos nosotros”. En el único bis, tras una hora y media de concierto, ofrendó la romántica “Zamba y acuarela”.