La enfermedad transmitida por roedores, a un mes de las inundaciones, pone en vilo a los habitantes de El Fortín y sus autoridades ante la aparición de un caso en la localidad.
La Municipalidad de El Fortín emitió un comunicado por el que advierte que ha detectado un caso de leptospirosis en una persona que estuvo colaborando durante la inundación.
Este individuo se encuentra bajo atención médica, según indicaron las autoridades municipales, en tanto se dispuso que todas las personas que experimenten síntomas similares a un resfrío o gripe fuerte, incluyendo fiebre, fatiga y dolor muscular, decaimiento de ánimo, concurran a los profesionales médicos en su consultorio o en el dispensario y a los laboratorios bioquímicos de la localidad en caso de así indicarlo los médicos a los fines de realizarse los análisis correspondientes, cuyos aranceles, tanto en un caso como en el otro, correrán por cuenta y cargo de la Municipalidad de El Fortín.
Los especialistas remarcaron que el vector de transmisión de dicha enfermedad son los excrementos de los roedores (ratas, ratones) y no es contagioso entre seres humanos.
“Rogamos, en caso de detectarse nuevos casos, reportarlos a los teléfonos 03533-15454055 ó 03533-15454056 (ambos de autoridades de Gobierno de El Fortín), a los fines de dar intervención a las autoridades sanitarias provinciales”, destacaron.
Voluntario afectado
En cuanto a la persona afectada, EL DIARIO confirmó que se trata de Juan Marcelo Acosta, de 28 años de edad, quien estuvo colaborando para hacer frente a la situación provocada por las intensas lluvias, según comentó en diferentes medios el intendente Antonio Vignolo.
Familiares de Acosta confiaron a este matutino que “no estuvo muy mal, lo único que no se detecto rápido” la afección y “lo descubrieron tarde”.
En cuanto a los síntomas, explicaron que “fueron muy rápidos, vómitos, fuertes dolores de cabeza y fiebre muy alta... El médico dijo que se salvó porque tuvo un Dios aparte...”.
Con esas palabras los familiares graficaron la situación de este joven albañil, Juan Marcelo Acosta, que ya se recupera en la casa de su madre, donde vive junto a otros hermanos.
Acosta colaboró como buen vecino ante la inundación que provocaron el desagüe de los campos en esa zona, donde entre la medianoche del sábado 5 y la madrugada del domingo 6 de abril llovieron unos 280 milímetros.
Vale remarcar que la casa donde vive Acosta no se encuentra en el sector afectado por la masa hídrica, que hoy ya no queda en la localidad que se recupera.