Tres efectivos de la Policía de la Provincia de Córdoba -una de las instituciones más cuestionadas y desprestigiadas de los últimos tiempos- fueron separados de la fuerza luego de que tuvieran a maltraer a vecinos de varios barrios de la capital provincial donde se dedicaban a robar.
En un primer momento, se pensó que se trataba de delincuentes comunes que se disfrazaban de servidores públicos, pero más tarde se comprobó que pertenecen a la Policía, que sigue dando qué hablar mientras el gobernador José Manuel de la Sota canta y baila en diversos programas de televisión en Buenos Aires.
Fue por el preciso dato que aportó una de las víctimas que los “poliladrones” fueron finalmente arrestados.
Ocurrió que uno de los tantos damnificados por el accionar logró tomar el número de patente del auto en el que se desplazaban y dio aviso a otros policías que salieron en su persecución.
Tras el seguimiento, los “poliladrones” fueron interceptados y detenidos en la esquina de las calles Luis de Aspeitía y Sol de Mayo, en el barrio Alto Alberdi de la capital provincial
Los tres detenidos tripulaban un Peugeot 206 y al momento de la detención, vestían de civil.
Poco antes, en cercanías de barrio Marqués de Sobremonte, habían despojado de dinero a un grupo de jóvenes que se encontraba en una parada de colectivos.
Los detenidos fueron puestos a disposición de la Fiscalía de Instrucción interviniente y del Tribunal de Conducta Policial y Penitenciario.
Por su parte, el jefe de Policía dispuso el apartamiento de la fuerza de los tres agentes.