Raúl Frega planteó públicamente el debate cuestionando la “hipocresía” de los padres de adolescentes que venden alcohol en las fiestas que ellos mismos organizan.
A través de una carta abierta, el cura párroco de Ucacha expresó: “En este tiempo he podido escuchar y acompañar situaciones referidas a los jóvenes y el alcohol. Diversas situaciones que se conjugan: problemas de los jóvenes que buscan un escape, padres que ya no saben qué hacer para poner límites, campañas de las instituciones en concientizar, etcétera...
También uno va mirando y descubriendo situaciones que son paradójicas: decimos estar preocupados por el tema y mantenemos conductas sin cuestionarlas. Un evento como el ‘baile de la Promo’, donde padres lucran con la venta de alcohol a sus propios hijos y demás jóvenes, es una situación que debemos atrevernos a pensar, cuestionar y preguntarnos si no somos hipócritas socialmente.
Este escrito tiene como objeto invitar al debate sano y real sobre un tema que se convierte en emblemático: si estamos preocupados por el tema del alcohol y las drogas en los jóvenes, empecemos por casa y veamos cómo nosotros agregamos mas leña al fuego.
Como sociedad estamos acostumbrados a ser reactivos: reaccionamos ante las desgracias o cuando las situaciones nos desbordan. Es hora de ser proactivos, pensar las situaciones antes de que sucedan, cuestionarlas sin miedo al qué dirán, hablar sobre lo que habitualmente callamos. Mi intención es que seamos proactivos en un tema preocupante.
Yo no tengo hijos, pero como padre espiritual me dolería tener que sepultar a un joven de mi pueblo que muere por causas ocasionadas por el alcohol o las drogas. No puedo ser indiferente. Me imagino que en aquellos que tienen hijos el interés y la preocupación deben ser prioritarios.
Pongo a consideración y debate algunos puntos que resuenan en mí a la hora de pensar el tema. Son cuestiones abiertas, no pretenden ser verdades absolutas. Son aquellas cosas que me hacen ruido interiormente, que no me cierran.
¿Con qué autoridad un padre puede ponerle límites un fin de semana a su hijo, si el fin de semana anterior fue quien le vendió el alcohol? Acá radica la raíz más profunda del problema: padres vendiendo alcohol a sus propios hijos y lucrando con ellos, suena hasta perverso. ¿Cómo explicar y justificar esta situación?
Hay hechos simbólicos que trascienden lo que se hace y se convierten en formadores de opinión y acciones. El hecho simbólico de padres vendiendo alcohol genera una situación formadora de conductas y se envía un mensaje devastador. En primer lugar, se pierde toda autoridad ante los hijos sobre el tema, se pierde la oportunidad de educar a los jóvenes en la responsabilidad y el trabajo comunitario en bien de un objetivo. ¿Por qué no aprovechar la búsqueda de recursos para el viaje en ocasión para que adquieran hábitos de trabajo?
Hay situaciones que están reguladas y penadas por la ley. Esto deviene porque toda situación tiene consecuencias sociales y debe ser regulada para evitar males mayores. La venta de alcohol a menores está regulada. ¿Se controla esta situación? Las autoridades competentes no pueden ser cómplices ni por omisión ni por connivencia. ¿Quién se hace responsable ante la ley? ¿Quién debe controlar y hacer cumplir la ley vigente?
Los contextos sociales cambian. No podemos decir simplemente que siempre se hizo así. No es lo mismo un ‘baile de la Promo’ hace 10 años que uno que se realiza hoy. La problemática del alcohol y las drogas, las dificultades afectivas y vinculares de los adolescentes y la oferta de consumo y variedad de productos ha cambiado. ¿No es acaso el alcohol la puerta de entrada para otras adicciones?
Se puede enumerar algunos puntos más. Prefiero detenerme en los expuestos, que son los más significativos a mí entender.
No soy ingenuo y sé que el problema del alcohol no se resuelve sólo cuestionando esta situación, pero al menos comenzamos a plantear el tema y posibles soluciones desde las bases sociales. No esperemos cambios mágicos, los cambios sólo son posibles de a poco y con hechos concretos. Si se logra cambiar esta situación, el mensaje será ejemplificador. Habrá que hacer mucho más para erradicar la problemática en nuestros jóvenes.
Si el problema es recaudar fondos para el viaje, creo que es posible otro camino, otro modo más legítimo y formativo. Hay que examinar costos y beneficios. ¿Es legítimo que por un beneficio económico abramos una puerta con enormes consecuencias sociales y educativas?
Si queremos contenerlos y ayudarlos a divertirse, busquemos acciones más creativas y menos perjudiciales.
No tengamos miedo de poner límites y ayudemos a que piensen sobre el tema los mismos chicos. No se trata de autoritarismos, pero hay situaciones que deben resolver y ‘bancárselas’ los adultos”.
Tras el debate, los padres resolvieron hacer la próxima ‘fiesta de la Promo’, que será el 16 de mayo, sin alcohol, pero también piden los mismos controles para otras celebraciones, como los cumpleaños de 15.