Escribe:
Jesús Chirino
En el año 1923 Villa María contaba con, aproximadamente, unos 16 mil habitantes. Para la atención de la salud de la población vivían y ejercían en la ciudad alrededor de trece médicos profesionales. Por entonces aún no existía organización alguna que los nucleara y les permitiera defender colectivamente sus derechos. El médico Roberto Sayago en su libro “La Medicina en Villa María y la región : investigación para una historia sanitaria” señala que para entonces en la ciudad “evidentemente no se vivía la problemática de la llamada ´plétora médica´ que algunos señalaban y que fue motivo del II Congreso Argentino de Medicina Gremial y Social, celebrado en la ciudad de Rosario en el año 1936, pero sí estaba presente la nueva situación generada con motivo de la aparición de las mutualidades y de la cobertura de los Accidentes de Trabajo por las organizaciones aseguradoras”.
El Gobierno nacional había sancionado una ley que obligaba a la parte patronal a cubrir los accidentes producidos en los ámbitos laborales lo que dio origen al servicio específico para estos riesgos por parte de compañías aseguradoras.
Así que, si bien no existía abundancia de médicos en la ciudad, sí se daba una nueva realidad en cuanto a sus prestaciones, en especial su relación con las aseguradoras. Quizás eso fue lo que impulsó que el día 18 de agosto de 1923 se produjera una reunión de varios profesionales en las instalaciones del Club Sarmiento. Según el relevamiento del acta realizada en esa oportunidad al encuentro asistieron nueve reconocidos médicos locales. En ese mismo documento dejaron asentada su voluntad de constituir el Sindicato de Médicos de Villa María. Los principales objetivos de la naciente organización serían: la solidaridad entre colegas en los conflictos con compañías de seguros, sociedades de socorros mutuos, empresas ferroviarias; uniformar opiniones sobre el ejercicio profesional; intervenir en cuestiones éticas de la profesión; fijar aranceles, etcétera.
Fuera de esos objetivos se dejó expresamente aclarado que no sufriría ningún tipo de menoscabo el servicio a los pobres. También se aclaró que la atención a los mismos continuaría prestándose en el consultorio externo del Hospital Pasteur.
Según rescata Sayago, en la referida obra, entre los firmantes de esa primer acta pueden identificarse los nombres de Roberto A. Díaz, Vicente Martínez Mendoza, Eugenio Parajón Ortiz, Sebastián Robustiano Figueroa, Miguel Fugo Aráoz, Donato Paternoster y Alejandro Maíz entonces médico municipal. Las otras firmas no son legibles. Un detalle que no señala Sayago en ese material y que parece ser de gran importancia, es que por entonces el médico Vicente Martínez Mendoza ejercía la Intendencia de la ciudad. Había iniciado el ejercicio de ese cargo en julio de 1920 y culminaría su mandato en el mes de noviembre de 1925 cuando otro médico, Eugenio Parajón Ortiz, llegaría por primera vez a ese mismo cargo.
Pocos días después de aquella primera reunión, el 26 de agosto, se produjo un nuevo encuentro en el cual se fijaron los aranceles que se pondrían en vigencia a partir del próximo 1 de septiembre (el arancel fijado que se consideraba favorable correspondía a un valor para la consulta de cinco pesos en consultorio y diez pesos en domicilio). Sayago señala que “en las hojas posteriores del libro de actas no hay referencia alguna sobre la continuidad de la institución, lo que hace presumir que no siguió adelante, pese a que se invitó a los colegas ausentes y de las zonas de influencia a prestar su adhesión, como así también a los dentistas y parteras”.
Para contextualizar estos hechos que estamos relatando resulta necesario señalar que por entonces en Villa María también ejercían otros médicos que no eran aquellos que identificamos como participantes de la primera reunión en el Club Sarmiento. Entre los profesionales de la salud que también actuaban en la ciudad se contaban a los médicos Amadeo Sabattini, Alejandro Fernández Voglino, Roberto Velo de Ipola, Horacio Quiroga, Mariano P. Ceballos y los odontólogos Félix Sanmartino y Roberto Libedisnky. Por otra parte estaban algunas obstetras.
Aquel primer intento de organización de los médicos locales en un sindicato no tuvo continuidad, al poco tiempo se disgregó el esfuerzo pero luego surgiría otro intento que se expresó como el Círculo Médico Regional. Organización que tampoco logró permanecer en el tiempo, recién en 1937 se constituyó lo que sería el Círculo Médico de Villa María.