Los trabajadores del Poder Judicial realizaron ayer una asamblea para dar cuenta de la preocupación por las deficientes condiciones edilicias del Palacio de Tribunales.

La reunión fue convocada por las trabajadoras del Juzgado Civil de Cuarta Nominación, Secretaría 8, que fue el lugar donde se descompensó el exintendente Miguel Angel Veglia.

Como se sabe, los bomberos acudieron al llamado y lo trasladaron al Pasteur, donde falleció. Pero lo que relataron ayer las empleadas fueron las peripecias para poder salir con el paciente hacia la ambulancia.

“Las trabajadoras contaron que llamaron a los bomberos y al servicio de emergencia. Los bomberos fueron los primeros en llegar, aunque demoraron en subir al cuarto piso”, comenzó relatando Jorge Montes, secretario general de la Asociación Gremial de Empleados del Poder Judicial (AGEPJ) Villa María.

El motivo de la demora fue que los ascensores estaban fuera de funcionamiento y los servidores públicos subieron por escaleras llevando la camilla y los elementos para reanimación.

Ya en el cuarto piso, hicieron las primeras tareas para salvar la vida del exintendente y se aprestaron a llevarlo a la ambulancia.

“Ahí comenzó una verdadera odisea. Primero, probaron entrar con la camilla al ascensor. No pudieron, ni siquiera con la camilla parada”, dijo Montes. Probaron por las escaleras, pero las de los pisos más altos son muy angostas y no pudieron. “Luego quisieron utilizar una silla de ruedas, pero tampoco entró en el ascensor. Finalmente, lo llevaron con una silla de oficina”, agregó.

Cuando llegaron al entrepiso, debieron sortear la dificultad de las escaleras que llevan al hall central. Allí no hay rampas. El nuevo escollo que encontraron los bomberos fue la puerta de salida. “Son dos puertas dobles. Una estaba con llave y la otra tiene una hoja que no se puede abrir íntegramente”, relató.

Con todo, los bomberos lograron llegar con el paciente hacia la ambulancia y de ahí, llegar rápidamente al Pasteur.

“Pensamos que, en casos como estos, los minutos que se perdieron son preciosos. No se puede decir que hubiera pasado, pero seguro que tendría más chances una persona que llega más rápidamente al hospital”, puntualizó.

A la asamblea asistió también Cecilia Fernández, jueza en los Tribunales locales y superintendenta.

Ella explicó que elevó los reclamos que hicieron los trabajadores hace tres años atrás por mejores condiciones edilicias, pero que en el Tribunal Superior le indicaron que no había presupuesto en un caso y que habría que esperar la construcción de la prometida ciudad judicial en el otro.

“Cuánto presupuesto vale una vida”, se preguntó Montes en la charla con EL DIARIO.

“Si el Palacio de Justicia no cumple con las leyes que establecen las condiciones de seguridad para los centenares de personas que transitan a diario, estamos mal”, aseveró.

Como conclusión, los trabajadores resolvieron dar un tiempo acotado al Poder Judicial para que comience las reformas necesarias tendientes a garantizar la seguridad dentro del edificio. “Caso contrario, haremos una sentada y no ingresaremos a trabajar”, afirmó.

 

Hace tres años...

 

La AGEPJ Villa María hizo un reclamo similar hace tres años por una situación violenta que les tocó vivir en el último piso de Tribunales. Una joven intentó prender fuego a su madre, causando temor entre los trabajadores que allí se desempeñan. “La gente corría por las escaleras a los empujones”, recordó Montes.

En esa oportunidad, el gremio encargó un estudio para determinar cuáles son las reformas necesarias. El informe lo hicieron Pablo Barceló y Jorge Mulinetti, quienes concluyeron, entre otros puntos, que las escaleras no eran aptas para un plan de evacuación.

De esa fecha a hoy, no se hizo nada.