Un grupo que actuó a la manera de un comando entre la noche del viernes y la madrugada de ayer, inutilizó el sistema de cámaras de una industria láctea ubicada a cuatro kilómetros de Pozo del Molle, en el camino a Carrilobo, para luego introducir un camión en el predio del establecimiento y alzarse con un cargamento de 5.500 kilogramos de queso duro, valuado en casi medio millón de pesos.
La denuncia fue realizada en horas de la mañana por propietarios de la firma Lácteos Pozo del Molle, productora de quesos, manteca y leche que comercializa con las marcas Quevimar, Indulac y Santa Cecilia, y fue tomada en la sede policial mollense por el titular de la misma, el subcomisario Julio Sánchez, quien enseguida trasladó las actuaciones a los Tribunales de Villa María, donde quedaron radicadas en la Fiscalía de Instrucción Número 2, a cargo de Gustavo Atienza.
El fiscal envió luego a efectivos de la Brigada de Investigaciones, quienes procedieron a tomar huellas dactilares y otros elementos de prueba en el sector de la fábrica donde se movieron los malvivientes “como verdaderos conocedores del lugar”.
La noticia corrió rápidamente por la localidad y causó profunda preocupación entre los vecinos, porque el cuantioso robo afecta la fuente de trabajo y de ingresos a nada menos que treinta familias. “O hubo un entregador o está entrando gente rara al pueblo”, era uno de los comentarios más escuchados en los lugares públicos, donde también se pedía “que esto se esclarezca lo antes posible para que regrese la tranquilidad”.
Allegados al sector lácteo explicaron además que “es el peor momento para sufrir semejante golpe, puesto que las industrias lecheras en general están sufriendo la falta de leche”.
El hecho
El grupo que actuó en Lácteos Pozo del Molle conocía varios detalles relativos al funcionamiento interno.
Pasadas las 23.30 del viernes inutilizaron una cámara que muestra un camino de acceso. Ese dispositivo de seguridad se encuentra sobre una vivienda que es habitada por un trabajador de la fábrica, el que había avisado que iba a estar ausente. Quienes pudieron observar posteriormente la filmación señalaron que los intrusos nunca aparecen en escena y que “el trapo que cubrió la lente llegó como volando hasta tapar la imagen”.
Seguidamente ingresaron un camión hasta una cámara frigorífica que tiene puerta al exterior, precisamente hacia ese camino que utilizaron. Violentaron la cerradura y rápidamente procedieron a dejar fuera de servicio la segunda cámara de seguridad, para luego comenzar a cargar los quesos. “No dejaron ni uno. Se llevaron cinco mil kilogramos, con un precio superior a los 75 pesos, sin IVA”, explicaron a EL DIARIO fuentes cercanas al caso.
“Cuesta creer que alguien que trabaja allí pueda estar involucrado, porque es gente que tiene bastante bien a los empleados. Cobran los sueldos en los primeros días del mes y tienen la ropa impecable. Pero bueno, estuvieron tomando huellas y habrá que prepararse para lo que sea… Ojalá que Atienza consiga resultados”, dijeron finalmente.