“Taglioni’s jewel casket 1940”: caja de madera forrada de terciopelo marrón, que contiene doce cubos de cristal transparente incoloro, encajados con otros tantos huecos con fondo de cristal transparente e incoloro, ordenados en tres filas de cuatro. En la caja, hay también en la tapa, un collar de cristal y una inscripción en la que el artista neoyorquino narra una historia legendaria: “En una noche de luna del invierno de 1835, el carruaje de Marie Taglioni fue detenido por un salteador de caminos ruso. El salteador ordenó a esta encantadora criatura que bailara para esa audiencia de una sola persona, encima de una piel de pantera extendida sobre la nieve, bajo las estrellas. De este hecho surgió la leyenda de que para mantener viva la memoria de esta aventura tan preciada para ella, Taglioni adquirió la costumbre de colocar una pieza de hielo artificial dentro de su joyero o de su tocador, que mezclada con las piedras preciosas centelleantes, era una evocación que aludía a la atmósfera de aquel cielo iluminado por las estrellas sobre un paisaje cubierto de hielo”. El poder de evocación de Cornell, ese artista que a partir de objetos encontrados, creó un “universo imaginado depositado en cajas”, como lo definió la revista Life en 1967.
En sus obras el artista actúa como un mago, transformando los objetos cotidianos en tesoros misteriosos, y combinando la austeridad disciplinada del constructivismo con la fantasía vívida del surrealismo. La obra que he descripto es una caja que contiene en su interior una cuadrícula regular que contiene a su vez un conjunto de cubos iguales. Está realizada con materiales sobrios, pero enriquecidos por las texturas y por el juego de luces, creando un universo poético y sugerente. La transparencia de los cubos de cristal, que dejan entrever el fondo azulado del mismo material y los brillos de sus caras, evocan aquella noche de luna y estrellas a la que se refiere la leyenda de la famosa bailarina, a cuya figura se alude con este sencillo collar simplemente colgado. Fuente: revista El Croquis, página 6.
Cuqui Ayassa
Museóloga