Escribe Darío Poncio (*)

 

A pesar de que falta más de un año para las elecciones que permitirán determinar en las urnas quiénes ocuparán a partir del 10 de diciembre de 2015 los distintos cargos nacionales, provinciales y municipales, vemos a diario, especialmente en medios nacionales,  que abundan encuestas de opinión pública sobre los distintos candidatos.

No obstante la importancia que tiene para un futuro candidato conocer cuál es la percepción del electorado sobre su persona y sobre distintos temas de la actualidad, muchas encuestas publicadas tienen el objeto de “posicionar” candidatos.

Elisabeth Noelle-Neumann, en su libro la Espiral del Silencio, ha traído algunos conceptos nuevos sobre el comportamiento del electorado, que ha llevado a algunos analistas a afirmar que la gente se sube al carro ganador, lo que puede llevar a algunos dirigentes y analistas a justificar la manipulación de datos en función de sus intereses.

Por ello es recomendable al momento de “leer” los resultados de una encuesta publicada tener en cuenta los siguientes aspectos:

 

► Metodología utilizada: rabajar con herramientas que aseguren el rigor científico es imprescindible, es condición sine qua non que la muestra sea representativa del universo poblacional. En la historia de las encuestas políticas es recordado lo que sucedió en 1936 en Estados Unidos cuando una muestra de más de dos millones de personas tomadas por  Literary Digest predijo una victoria de Landon sobre Rooselvet de casi el 15%. Sin embargo, el resultado fue inverso. ¿Qué fue lo que sucedió? Sucedió que la muestra fue realizada por correo y las personas pobres que votaban por Rooselvet no fueron consultadas.

 

► Lugar donde se realiza el trabajo de campo: es fundamental porque muchas encuestas son realizadas exclusivamente en las capitales y se pretende nacionalizar o provincializar sus resultados. En el caso de la Capital Federal, se debe recordar que tiene aproximadamente el 9% del electorado nacional y en el caso de la ciudad de Córdoba tiene aproximadamente el 40% del padrón provincial. De haberse dado estos escenarios, seguramente Mauricio Macri sería presidente de los argentinos y Luis Juez gobernador de Córdoba. En la actualidad, una encuesta realizada en la provincia de Buenos Aires (tiene el 37% del padrón nacional), pero presentada como nacional, le permitiría a Sergio Massa, si las elecciones fueran hoy, convertirse en presidente de la Nación. 

 

► Cantidad de casos: erróneamente se piensa que la cantidad de casos debe ser proporcional a la cantidad de habitantes. Las tablas estadísticas determinan la cantidad de casos en función del margen de error aceptado. En el caso de Villa María, con un error de más-menos 5 puntos se deben realizar 400 casos. Aumentar la cantidad es poco recomendable, puesto que hace disminuir muy poco el margen del error, además de que aumenta considerablemente el costo del trabajo. 

En el caso de encuestas nacionales, se estima la necesidad de realizar como mínimo 2.000 casos como realizan las encuestadoras de más trayectoria y más reconocidas (Julio Aurelio, Ipsos- Mora y Araujo, por nombrar algunas). 

En todos los casos de se debe respetar la densidad poblacional de cada uno de los distritos y la segmentación por sexo y segmento etario de acuerdo al padrón electoral.
 

► Método de recolección de la muestra: en encuestas nacionales se utiliza un mix de cuestionarios personales y telefónicos (este último tiene la ventaja de ser más económico y rápido, mientras que la gran desventaja que tiene es que excluye a quienes no tienen teléfono fijo, los que viven en aproximadamente el 30% de las viviendas, según datos del INDEC). 

En el caso de Villa María, nuestra consultora trabaja con encuestadores que visitan los domicilios , lo que asegura que en la definición de la muestra se incluyan todos los electores, tengan o no teléfono, no obstante ser un método más caro y  que lleva más tiempo.

Estos son algunos de los aspectos más relevantes al momento de leer una encuesta. Tenerlos en cuenta puede llevarnos a considerar que se trata de un trabajo bien realizado o solamente un trabajo tendiente a generar candidatos para que la gente se ate a carros ganadores, que luego pueden diluirse  al momento de la elección.

 

(*) Contador, docente de la Universidad Nacional de Villa María y titular de Poncio Consultores Asociados