En Villa María todavía está presente entre los mayores el recuerdo de la Caja Mutual Ferroviaria, “el Banquito Ferroviario”, como se le llamaba popularmente. Y no es para menos que así sea, puesto que son muchísimas las familias que pudieron crecer, equipar sus viviendas, en base a las líneas de ayuda de esa entidad de la economía social. La necesidad de recrear esas instituciones y reforzar a las que sobrevivieron en todo el subcontinente fue uno de los ejes sobre los que giró el Congreso de Crédito Cooperativo e Integración Latinoamericana que se desarrolló en Buenos Aires.
“Es muy importante que se aplique en la práctica el sexto principio cooperativo, que nos dice que cooperemos entre los diferentes sectores”, sostuvo el titular de la Caja Popular Mexicana y presidente de Cooperativas de las Américas (ex-ACI-Américas), Ramón Imperial, durante su disertación en el evento. En ese ámbito internacional de intercambio se analizaron líneas de acción para reforzar el cooperativismo y mutualismo financiero regional. En ese sentido, se expresaron el mencionado Imperial, el tesorero de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Ahorro y Crédito, Esteban Saletros; y el presidente de Sicredi Pioneira -la cooperativa de crédito de América Latina más antigua- Marcio Port.
Este último hizo referencia a que Brasil tiene una legislación propia y a la existencia de un Fondo de Garantías para las Cooperativas de Crédito semejante a los bancos tradicionales. En vistas al futuro del sistema de crédito cooperativo en su país, el dirigente auguró que haya una entidad financiera propia que sea líder en todas las ciudades de una población de hasta 15 mil habitantes.
Al respecto también se expidió el vicecanciller argentino, Eduardo Zuaín, quien puntualizó en la importancia de las cooperativas para profundizar “el modelo de desarrollo con inclusión y movilidad social”.
“Existen otras formas de producir, intercambiar y consumir, un modelo distinto a la lógica omnipresente del mercado. Las cooperativas son democráticas y fortalecen el tejido y la integración social”, añadió. Y reforzó sus conceptos anteriores al manifestar que deben hacerse “acuerdos intercooperativos en la región para transferir trabajo, servicios eléctricos, vivienda, tecnología”.
Al respecto, los disertantes internacionales describieron al cooperativismo financiero de sus países. En el caso de México, Imperial comentó que hay 358 cooperativas con unos seis millones de socios; en tanto que Beresain conversó sobre el crecimiento del sector en Uruguay.
“Se aprobó hoy una ley sobre el sistema financiero que combate informalidad de trabajadores y puede ayudar a crecer a algunos sectores, pero puede tener efectos negativos para cooperativas de ahorro y crédito. Hay una decisión política del Estado de apoyar a la economía social y solidaria”, explicó el cooperativista oriental.
Para Imperial, es fundamental que las cooperativas de trabajo y servicios accedan a créditos otorgados por las de crédito y que éstas adquieran los bienes y productos de las demás. En ese sentido, reconoció que “aún falta la cooperación entre cooperativas” y señaló que “no se trata de perder la imagen, sino de complementarla a nivel mundial para tener una fuerza enorme y así incidir en las políticas públicas”.