En una parada importante de cara al futuro, San Lorenzo recibió a Alem en Las Perdices y en un encuentro que mostró poco fútbol, pero sí varias emociones, ninguno sacó ventajas y terminaron empatando en uno. Ledesma abrió el marcador desde los doce pasos y luego Silva, sobre el final, puso justicia en el marcador. Luego de finalizado el partido, la violencia se volvió a presentar cuando algunos integrantes de ambos planteles y simpatizantes del equipo local se tomaron a golpes de puño y debió intervenir el personal policial.
Desde el comienzo, las obligaciones de cada uno hicieron que el partido se presente un tanto trabado y engorroso. Es que el local, con el apoyo de su gente, debía conseguir de manera imperiosa los tres puntos para poder seguir esperanzado en clasificar a la siguiente instancia del torneo. Mientras que Alem, conociendo sobre el empate de Yrigoyen frente a Universitario en la jornada del viernes, no veía con malos ojos sumar un punto en un reducto siempre complicado como el de Las Perdices.
Tal vez, esa necesidad hizo que el local se luciera un poco más decidido que su rival, aunque sin la precisión necesaria para lastimar en profundidad. La circulación de pelota que comenzaba en Andrés Agosto proseguía en el habilidoso Bolatti y concluía en el goleador Silva. Sin embargo, la puntada final fue una deuda pendiente a lo largo de gran parte del juego. Por el lado del visitante, la solvencia de Pedernera se sumaba a la seguridad de Acosta y brindaban tranquilidad a su equipo para hilvanar circuitos de mitad de cancha hacía adelante. No obstante, la falta de claridad fue un escollo con el que el “León” debió luchar toda la tarde y nunca supo destrabar el cerrojo impuesto por Scagliarini y compañía.
Durante la primera parte, las chances más claras fueron del “Santo”. Primero, el juvenil Medina intentó sorprender por arriba de Giraudo, quien tuvo que esforzarse al máximo para manotear una pelota que termino en tiro de esquina, luego de dar en el travesaño. Y después fue Silva quien se acomodó dentro del área y remató con potencia, pero su disparo dio en la mano de Pedernera, aunque según Ariza la pelota rebotó en la nalga del defensor y no sancionó la pena máxima.
La segunda mitad siguió evidenciando más de lo mismo. Los dirigidos por Coria fueron con sus últimas armas en busca del triunfo esperanzador y, a pesar de la expulsión de Aballay, se las ingeniaron para seguir dominando las acciones hasta inquietar en varias oportunidades la zona defendida por Giraudo. Pero el arquero estuvo gigante ante los cabezazos de Bolatti y Silva, respectivamente.
Alem respondió por medio de una contra que fue bien capitalizada por Porporatto, aunque la furtiva definición del delantero se estrelló en uno de los palos defendidos por Pereyra y ahogó el grito de toda la afición villanovense.
Y recién a los 40’, Le Roux escapó de su marca y cuando se aprestaba a definir fue derribado por Braun para que el juez Ariza, desde el círculo central, marcara penal. José Ledesma se hizo responsable y a través de un fuerte remate cruzado puso el 1 a 0 que parecía definitivo.
Pese a esto, San Lorenzo no bajó los brazos y tuvo su premio cuando el tiempo ya estaba cumplido. Es que Jonathan Silva contó con tiempo y desde el borde del área sacó un derechazo que se desvió en el camino y se incrustó en el fondo de la red, decretando de esta manera el empate final.
De este modo, Alem se volvió con un punto importante de cara al futuro y a los demás resultados, mientras que San Lorenzo se aleja cada vez más de las posibilidades de acceso a la siguiente instancia.
La figura
Diego Ferreyra. Su dinámica ofensiva y el gran aporte en defensa le permitieron erigirse como el jugador más desequilibrante de un partido que no mostró demasiado. Estuvo incansable y fue fundamental en el ida y vuelta por izquierda.
El árbitro
Roberto Ariza. Pésima actuación del juez. Sigue acarreando una molestia física evidente que no le permite ubicarse donde debería. Obvió un penal en la primera etapa a favor del local, después de una mano de Pedernera y sancionó la pena máxima de la visita desde el círculo central por no poder seguir de cerca la jugada. No mostró las tarjetas suficientes y no contó con la colaboración de sus asistentes Agustín Peressini y Cesar Ullúa.
Otra vez la violencia
Una vez concluido el juego, los ánimos siguieron exaltados y un insulto de Juan Medina sobre un ayudante visitante (Cáceres) derivó en un nuevo episodio lamentable en nuestro futbol. Es que el ayudante reaccionó ante el insulto y le aplicó un golpe al jugador con un bidón de agua que llevaba en sus manos. Y a partir de aquí, jugadores de ambos planteles, aficionados locales (evadieron el alambrado de la cancha) y el personal policial se trenzaron en la zona de vestuarios lanzando golpes de puño, mientras que otros, con algo más de cordura, intentaban separar y “calmar las aguas”. Por fortuna, el hecho no pasó a mayores y no hubo que lamentar daños considerables. Aunque siempre está la tristeza de que acciones como estas no deberían ocurrir.