La tarde estaba muy fría en el predio de barrio Avellaneda, pero el “Lobo” fue calentándola de a poco, a fuerza de goles, y finalmente le regaló a su parcialidad una goleada inesperada. El conjunto de Christian Romero desplegó en el campo de juego toda su característica categoría grupal e individual y borró -y humilló- al “Fortinero”, futbolísticamente.
Deportivo Argentino necesitaba ganar sí o sí para acercarse a Sportivo Playosa y no desaprovechar una de las últimas posibilidades que le brindaba el torneo de poder clasificar a los play offs. Por su parte, Alumni se presentaba a jugar con la tranquilidad de saber que precisaba sumar sólo un punto de nueve que restan, pero con la idea de definir rápidamente la cuestión.
Sin embargo, en el partido fue evidente quién estaba más necesitado de puntos. El “Lobo” lo jugó desde el principio como una final.
Argentino avisó primero a los 6 minutos con un disparo fuerte y rasante de Díaz que contuvo Oro en dos tiempos. Luego fue Alumni quien, por intermedio de Nicolás Del Sole, llevó peligro al arco rival, pero el “Sapito” no logró definir cómodamente.
A los 15’, una contra del local encontró muy mal parado a un “Albirrojo” aturdido y descoordinado, pero Ramiro Cortez no terminó la jugada como debía. Después llegaría un tiro libre de Strumia que se fue cerca del palo izquierdo defendido por Becco y uno de Díaz que se estrelló en el ángulo izquierdo del arquero visitante.
El marcador se abrió a los 35’, cuando Ramiro Cortez definió con un remate fuerte y cruzado, un centro de Franco Ñáñez. Se hacía justicia, porque Argentino era más y buscaba el gol constantemente. Alumni sólo se limitaba a “revolear” el balón hacia adelante para que se las arreglen Del Sole y Federico Depetris.
En el complemento se intensificó la superioridad del local. A los 7’, Facundo Depetris salvó sobre la línea un remate de Julio Gastaldi y a los 15’, Ramiro Cortez aumentó la diferencia y su cuenta personal, tras coronar con un simple disparo una contra letal comandada por el “Lanita” Díaz.
El capitán se hacía dueño del partido y manejaba el ritmo del mismo. Pero no le bastaba con eso, él también quería su gol y lo consiguió. A los 20’, Facundo Depetris derribó en el área a Gastaldi y Gallo cobró penal. El 10 “Albiazul” tomó el balón y puso el tercero de una manera magistral. Un verdadero golazo de penal, haciendo inútil la estirada de Oro.
La goleada se consumó en poco minutos, pero Alumni no hacía nada para impedirla. El “Fortinero” sólo apostaba al empuje de Strumia, a los arrebatos de Del Sole y al oportunismo goleador de Federico Depetris. Nada más.
Por su parte, los dirigidos por Romero seguían desplegando todo su repertorio, demostrando que aún no están muertos y que van a pelear la clasificación hasta la última fecha.
A los 38’, Mellano, a quien se lo vio muy firme durante los 90 minutos, redondeó un gran partido personal con un gol de cabeza y pocos minutos después Facundo Ñáñez armó una pared junto a Ramiro Cortez y Villalba y la picó para decretar un humillante 5 a 0.
Ya terminando el partido, Federico Depetris anotó, con mucha calidad y frialdad, un verdadero golazo al ángulo para decorar el resultado y luego, en el último minuto, Leonel Strumia desaprovechó la oportunidad de marcar el segundo descuento, tras errar un penal al picar el balón y regalárselo infantilmente a las manos de Becco. Igualmente, no hubiera influido en el resultado final.
Argentino ganó, goleó, gustó y se ilusiona con la clasificación. Para ello deberá afrontar una nueva final, el fin de semana que viene frente a Sportivo Playosa.
La figura
Claudio Díaz. Manejó el partido desde el comienzo. Supo controlar la ansiedad inicial de sus compañeros y redondear un partido perfecto con un gol de penal. En el local, además, Ramiro Cortez aportó goles y desnivel y se destacó la firmeza de Mellano, quien también aportó en el tanteador. En el visitante sobresalieron Leonel Strumia y Nicolás Del Sole.
El árbitro
Diego Gallo. Tuvo un arbitraje aceptable, pero no se lo vio tan bien como en otras ocasiones. Habló innecesariamente con los jugadores de forma permanente y se lo notó nervioso. Los líneas no ayudaron.