Alumnos del Instituto Secundario Bernardino Rivadavia se encuentran desarrollando un proyecto educativo con implicancia social en el barrio La Calera.
En virtud de lo que propulsan desde la comunidad educativa, funcionarios comunales mantuvieron ayer una reunión con los jóvenes protagonistas de la iniciativa.
En uno de los auditorios que posee la institución educativa, el secretario de Gobierno y Descentralización Territorial, Javier Suppo, junto a la responsable de la Secretaría de Desarrollo Social, Verónica Vivó, y otros referentes de la comuna, describieron la actualidad de la barriada en cuyo ejido se yerguen unas 630 viviendas (un centenar son parte del plan habitacional “Eva Perón”).
“Lo que tenemos es una propuesta de trabajo desde las disciplinas Problemáticas éticas y políticas actuales y Metodología de la Investigación. La iniciativa surgió por la historia de inserción y labor conjunta que como institución tenemos con el barrio”, comentaron a EL DIARIO, los docentes Sandra Biglione, Cecilia Bazzanella, Gabriela Roganti e Iván Baggini.
Vale recordar que en la década del 60 y del 70, educandos del ISBR llevaban adelante en el exbarrio General Roca diversas actividades de inclusión junto a las familias de los vecinos del sector barrial ubicado en cercanías del cementerio “La Piedad”.
“Una de las cuestiones que queríamos retomar era lo relacionado con las instituciones que funcionan en ese lugar de la ciudad”, explicaron los reporteados.
“El concepto que nosotros trabajamos de manera fundamental es la pobreza, pero no nos referimos al aspecto económico sino en el sentido socio-antropológico, pudiendo entender así que todos somos pobres en algún lugar, independientemente de nuestra ubicación geográfica o condición social”, acotaron.
En el marco de lo proyectado, los alumnos comenzaron a observar la realidad “compartida” con los habitantes barriales.
“Desde la categoría ‘joven’, por ejemplo, pudimos avizorar qué cosas unen a observadores y observados, también profundizamos en qué prejuicios existen o se construyen respecto al pertenecer a determinada zona de la ciudad”, advirtieron las fuentes consultadas por este medio.
“El objetivo era poder insertarnos, trabajar y compartir evitando que nos vean como que llegamos desde un laboratorio a realizar tareas experimentales”, sintetizaron.
“Queremos romper con las ideas y preconceptos que dividen y no hacen bien a nadie”, redondearon para concluir.
Respecto al esquema de funcionamiento que tendrá el proyecto, los consultados señalaron que en primera instancia se acercaran a las instituciones que desempeñan actividades en el barrio.
Desde la perspectiva que permiten estas entidades, los alumnos registrarán etnográficamente lo que observen en búsqueda de detectar problemáticas para investigar.
Otra meta enmarcada en la propuesta es que los participantes se incluyan en actividades impulsadas por las instituciones barriales. En segunda instancia será la institución educativa la encargada de proponer eventos especiales.
“La propuesta, en definitiva, es poder compartir distintas cosas y romper con las miradas prejuiciosas que tenemos para luego poder construir socialmente desde allá. Incluso nosotros tenemos un asentamiento, un lugar, un espacio que nos vincula permanentemente con el barrio y que es parte de nuestra escuela. Desde ese lugar es que seguimos pensando”, coincidieron para concluir.