El futuro llegó hace rato, cantaba no hace mucho una banda de rock argentino. Y ese verso, más preventivo que adivinatorio, no sólo define la ansiedad de los estudiantes secundarios avanzados, esos cuya decisión les involucrará todo su “mañana”, sino que define también (y sobre todo) la preocupación de esos docentes que, bajo la especialización de la orientación vocacional, tienen la fabulosa misión (siempre de alto riesgo) de llevar a esos chicos al mejor mañana posible.
Entre el Estado y el mercado
El congreso abrió el jueves pasado con el decano del instituto de Ciencias Humanas Luis Negretti, quien resaltó “el dato alentador de que Argentina siga siendo uno de los ocho países del mundo con educación universitaria pública y gratuita”. Posteriormente hablaron la doctora Cecilia Kligman, presidenta de la Asociación de Profesionales de Orientación de la República Argentina (APORA), y el doctor Horacio Ferreyra, investigador de la Universidad Católica de Córdoba.
La primera de las charlas estuvo a cargo del magíster Sergio Rascovan, quien se refirió a los desafíos de la orientación educativa en la actualidad. Magíster en Salud Mental Comunitaria, Rascovan señaló que “la orientación educativa tuvo una importancia fundamental a la hora de construir el actual sistema que, desde finales del Siglo XIX, tuvo como misión fundamental crear establecimientos públicos y gratuitos, laicos y obligatorios. Fue un cambio revolucionario porque terminó con las políticas de privilegio que sólo educaban a determinada clase socioeconómica. Pero este sistema tuvo un desgaste en los últimos años como producto de las políticas neoliberales. Pensar hoy en los desafíos de la educación y la equidad es un llamado a nosotros los orientadores para ver cuál será nuestro posicionamiento al respecto. Si algo está claro es que en la actualidad debemos pensar este tema desde otro lugar, desde la tensión entre el mercado y el Estado. Si algo produjo la crisis de 2001 en Argentina, es el predominio del mercado como fruto de una penetración ideológica muy grande. Pero hoy estamos frente a un proyecto de gobierno que, después de mucho tiempo, vuelve a proponer políticas de equidad. Y eso nos da la posibilidad de un mayor espectro a la hora de tomar decisiones. Debemos operar desde un lugar artesanal, corrido de todo tecnicismo y toda práctica de la repetición”.
Programas de juventud
La segunda conferencia estuvo en manos de la licenciada Edith Bonelli, psicóloga y especialista en programas de la juventud. Bonelli se refirió al espacio curricular llamado “formación para la vida y el trabajo” enfocado como “sostenedor de los proyectos de los jóvenes”. La investigadora cordobesa instó a pensar este espacio no sólo como un reemplazante de materias “sino también como un propulsor de aprendizajes significativos para los estudiantes”. Bonelli comentó que “este espacio curricular es multidisciplinar y Córdoba es la única provincia del país que lo mantiene desde tercero a sexto año en las escuelas piloto. El proyecto nació en 2009 y ha estado siempre chequeándose. Este año, todas las escuelas cordobesas tienen en sexto año esta materia. Es un cambio que busca lograr mayor calidad y equidad. Sabemos que la escuela secundaria tiene muchas debilidades, a tal punto que aunque suene duro, estamos fracasando. Por eso, el desafío es pensar esos cambios que fueron formalizados en la Ley Nacional de Educación 26.206 que tomamos en nuestra provincia a través de la Ley 9.870. En cuanto a las orientaciones del secundario, antes se conocían sólo tres: Ciencias Sociales, Naturales y Económicas. Pero ahora se han abierto a Arte, Multimedia, Educación Física y Lengua. Esto es algo muy positivo, junto a la obligatoriedad de cursar la escuela secundaria. Son dos aciertos decisivos para habilitar a los adolescentes no sólo para los estudios superiores, sino para el trabajo y la ciudadanía”.
¿“Incluir” sinónimo de “excluir”?
La última conferencia del jueves se denominó “Tutorías” y estuvo a cargo de la licenciada Gabriela Volman.
Psicóloga y docente por la Universidad Nacional de Cuyo, Volman inició su charla diciendo que “no vengo a traer soluciones sino una dificultad que aún no podemos resolver en el ámbito universitario y por la cual han cobrado fuerza las tutorías en las últimas décadas”. Y la investigadora tiró sobre el tapete una estadística demoledora.
“Por un lado, tenemos un incremento en la matrícula universitaria: ¡gran alegría porque la Universidad argentina está siendo inclusiva! Esto quiere decir que están llegando perfiles de estudiantes que antes no tenían acceso universitario porque trabajan o provienen de distintas clases sociales con capitales culturales muy dispares, o son estudiantes con discapacidad o adultos mayores o estudiantes en contextos de encierro. Y estos estudiantes, lamentablemente, son los que a poco de andar abandonan la Universidad o presentan riesgo académico. Estamos rondando el 50% de abandono en primer año y es, precisamente, el de estos estudiantes cuyas problemáticas exceden lo pedagógico. Y acá es cuando aparecen las tutorías, que intentan sostener a esos estudiantes en una carrera. Desde ese ángulo, las tutorías son una bocanada de oxígeno. Pero también tenemos que criticarlas porque se centran demasiado en el estudiante, como si éste fuera el portador exclusivo de la dificultad. Las tutorías no están pensadas para cuestionar a una institución, un programa o a un docente. Y por otro lado, las tutorías son un parche, ya que no están integradas a otros servicios de la Universidad como las cátedras".
Iván Wielikosielek
Especial UNVM