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25 de Mayo de 2014
MarIa Elena Tolosa, Susana Zazzetti y Eduardo Cichy
Tres poetas en busca de una ciudad
En abril presentaron juntos sus últimos poemarios convocando a más de 80 personas, una cifra récord para las letras locales
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Desde hace más de seis años son miembros del Grupo Paco Urondo, un colectivo de escritores y amigos que se reúnen cada viernes en la Medioteca y se ayudan entre sí a editar y mejorar sus producciones. Los tres coinciden en estar escribiendo una poesía cada vez más social

En pleno corazón del microcentro (calle Tucumán al 1088) el local de Eduardo Cichy no es solamente una librería especializada en autores villamarienses con servicio de gráfica. Es, sobre todo, una editorial. Una “Pyme” que bajo el nombre de “Xión Ediciones” lleva más de 50 títulos publicados y una decena en preparación. Lo cierto es que con el paso de los meses, el pequeño local de “Xión” se ha convertido en un punto de encuentro para algunos escritores de la ciudad, estudiantes universitarios que llevan a encuadernar sus tesis o tímidos poetas que se acercan con el borrador de su primer libro. Y todos son bienvenidos al búnker de Cichy, ya que “ayudar a escribir y socializar lo escrito” no sólo es el primer mandamiento de su dueño, sino del Grupo Paco Urondo en su conjunto. Y es que en apenas seis años de vida, los integrantes de este colectivo han publicado una veintena de libros entre sus cinco integrantes (Susana Giraudo y Fabiana León son las otras dos), han hecho una antología con la producción del grupo en 2010 (“arreMolina”, en el que se incluyeron, además, trabajos de Juan Seia y Fernando De Zárate) y en 2013 una antología de poesía vasca, la primera de Latinoamérica. Por eso no sorprende que la entrevista con estos tres autores sea, precisamente, en el local de Eduardo Cichy. Porque en sus escaparates se exhiben las flamantes tapas de “Cuarto piso”, “El ojo izquierdo” y “Cada día” junto a una profusión de autores de las dos Villas. Porque en la mesa de trabajo en donde tiene lugar esta charla se han escrito y corregido muchos textos propios y ajenos. Y porque este “sesenta por ciento” del GPU ha propuesto este espacio de dimensiones pequeñas pero de corazón gigante; este sitio tan cálido para contrarrestar el invierno de las calles y el vacío poético del mundo.

 
Susana o los días que pasan por la ventana
“Cada día”. Así de breve y cotidiano es el título del quinto poemario de Susana Zazzetti y así de breve y cotidiana es la temática de sus textos. Antes, la autora había publicado “Un vuelo de gaviota” (2006), “Cuando todo el silencio era mío” (2007), “El hilo que sostiene” (2008) y “No me nombres” (2011). 
-¿Cuál es el hilo conductor de tus cinco libros?
-Por lo general no analizo mis poemarios ni vuelvo a ellos. Menos a los dos primeros porque forman parte de unas muertes familiares muy dolorosas. Pero si tuviera que marcar un punto en común, es el tono. Sin embargo, la temática de mi poesía cambió a partir de “El hilo que sostiene”. A partir de ese libro salí mucho de mí y me fui hacia los otros; aunque también está ese “yo” interno que es imposible que desaparezca cuando hay un estilo de tantos años como en mi caso. 
-¿Cómo nace “Cada día”?
-Surgió de improviso. Fue una mañana como todas las mañanas de mi vida. Corrí la cortina para que entrara el sol y por primera vez hice lo que nunca había hecho, quedarme observando desde el vidrio hacia afuera. Ahí vi pasar a los que hacen cada día las mismas cosas a la misma hora; los que van apurados a trabajar, los chicos que van a la escuela, el señor que afila la tijera, las madres que llevan en bicicleta sus nenes a la guardería… En una palabra, vi pasar la vida. Entonces me senté y escribí 10 o 12 poemas de un tirón. Ese fue el embrión del libro, que luego continué y amplié hasta una treintena de textos.
-¿Qué fue lo que más te atrajo de ese “afuera”?
-El dolor. Siempre me preocupó mucho el sufrimiento de la gente, el hambre de los niños o la falta total de justicia hacia la tarea docente, que es la que realicé durante tantos años y aún realizo como tallerista. Creo que fue esa fascinación por el afuera lo que me hizo sentir esta necesidad de salir de mí. Y a esa fascinación le estoy muy agradecida.
 
María Elena o la ciudad vista desde un cuarto piso
“Cuarto piso” es, también, el quinto poemario de María Elena Tolosa. Tras la aparición de “Llanura, soledad y recuerdos”, “Pájaros de papel”, “Todo… y lo demás” y “Vestigios de la alquimia” llegan estos poemas desde un vértigo que no sólo tiene que ver con la altura, sino con modos desolados de existir. 
-¿Por qué “Cuarto piso”, María Elena?
-Porque a la totalidad de mi libro lo escribí en el cuarto piso en donde vivo. Hay poemas que compuse mirando los techos o imaginando lo que puede ocurrir bajo esos techos, pero otros no hablan del presente, sino del pasado. El poemario está dividido en dos partes, “Ella y vos”, que son mi madre y mi hermana en un arenal que existió en Carrilobo, mi pueblo. La segunda parte, “Nosotros”, es más social y urbana que la otra.
-¿Qué cosas te atraen del paisaje que se ve desde tu ventana?
-Sobre todo, la gente que pasa. Pero si escribo sobre la gente, trato de ver el fondo de los demás. Hay personas que me han inspirado mucho, como un chico muy pobre que vivía en mi pueblo y al que le dediqué muchos poemas. Nunca supe por qué escribí tanto sobre él, pero me salía así. Otras veces alguien te pide que le dediqués un poema, pero ni pidiéndole a San Expedito lo podés hacer. 
-Sin embargo, hay poemas tuyos que no hablan de la gente, sino de la “ausencia de gente”…
-Sí, y ésos son los paisajes más dolorosos y también los que a menudo me movilizan a escribir. Los días feriados son difíciles de ver pasar desde la ventana de un cuarto piso…
 
Eduardo o mirar desde el lado claro del corazón
 
Sin dudas, Eduardo Cichy es el autor más prolífico del GPU, al menos en lo que a publicaciones se refiere, ya que “El ojo izquierdo” es su vigesimoprimer libro. Cichy empezó a publicar en 2003 poemarios, pero también una novela y algunos tomos de cuentos, por lo que su promedio arroja desde ese entonces la friolera de dos títulos por año. 
-¿Cómo definirías la “poética” de tu último libro?
-Empiezo por decirte que cuando escribo poesía me gusta elegir los temas y encajar mis poemas en un eje conceptual. En este caso, tuve la idea de hacer algo así como un libro de “poesía de protesta”, o mejor dicho una poesía con mayor contenido social de la que venía escribiendo. Por eso “El ojo izquierdo”, porque es el ojo que mira del lado de la revolución, pero también del lado del corazón. Metafóricamente uno mira la vida de manera diferente desde la izquierda. 
-Dijiste “poesía de protesta”. ¿Hay algún malestar social que necesitabas reflejar en tus versos?
-No, porque el libro no habla exclusivamente de la realidad argentina ni de esta época. Hay incluso algunos versos de la Segunda Guerra que se me han infiltrado por ahí. Cuando escribía este libro, tenía cuatro montoncitos de poemas que iban creciendo de forma irregular. Uno era “El ojo izquierdo”, otro era un librito de un tono más religioso que es “Reinos”, otro más erótico-romántico y otro telúrico. Cuando me siento a escribir nunca sé a qué libro corresponderá el texto que estoy haciendo...
-Contame cómo surge la editorial “Xión”…
-Nace de mi necesidad de dar a leer lo que escribo. Se me ocurrió un día que en vez de dar hojas sueltas quería presentar mis escritos de una mejor manera. Así que primero le puse un broche, luego tapas, luego ilustraciones, y cuando quise acordar ya estaba haciendo pequeños “demos” de literatura. Luego hice el mismo trabajo con textos de otros. A tal punto que llevo editados una cincuentena de títulos. 
-¿Hay demanda para hacer libros en Villa María?
-Por suerte desde los pocos meses que hace estoy en el local, la demanda creció. Sin embargo, los números de una editorial local no son muy alentadores como negocio. Hace poco, hablando con mi colega Darío Falconi, llegamos a la conclusión que para ganar un sueldo de un empleado de comercio teníamos que hacer de 10 a 15 libros por mes. Pero apenas si llego a tres o cuatro. ¡Igual no es un mal número!
 
Epílogo
Para finalizar esta charla, le pregunto a los tres qué significa el Grupo Paco Urondo a la hora de corregirse los propios libros. Y los tres coinciden en “la importancia decisiva” que tuvieron las reuniones de los viernes. 
“Las devoluciones nuestras son implacables -comenta Zazzetti-. Susana Giraudo, por ejemplo, es muy rigurosa en lo que respecta a la armonía del poema. Yo lo soy más en el mensaje. Pero creo que la rigurosidad de cada uno le sirve al otro porque buscamos que el poema del otro se luzca y transite hacia el interior del lector. Somos un grupo de amigos que nos respetamos muchísimo como escritores. Si yo tuviera que definir en dos palabras al GPU, usaría las dos palabras que caracterizaron al romanticismo alemán: “Sturm und Drang”, ímpetu y borrasca”.
“¿La importancia del grupo? “El ojo izquierdo”, por ejemplo, nació íntegramente en las reuniones de los viernes y sus poemas fueron seleccionados ahí -señala Eduardo-. Si yo veía que algún poema no gustaba mucho, lo apartaba por falta de consenso y seguro que no estaba muy bueno. Es muy importante la mirada del otro porque somos el primer público y a la vez el primer crítico literario del compañero”.
Por su parte, María Elena dice haber encontrado en el GPU a “una hermandad de personas excelentes que me han aceptado desde que llegué a Villa María. Con la gente del grupo me siento querida y acompañada. Gracias a ellos no estoy sola en la ciudad y los feriados son menos tristes”. 
Iván Wielikosielek
 
Tres poetas sociales
 
Un pedazo de patria
sale a buscar
todas las mañanas
su comida.
 
La otra parte
no sabe buscar
ni escarbar.
Indiferente
se miente
y dice
somos todos
iguales.
 
Eduardo Cichy
 
 
Es feriado.
No abre el súper,
veo bajas las persianas.
El día se alargó.
No sé qué pasa más allá,
en esta calle desierta.
Aquí
es feriado.
Mañana será un día
igual a todos.
No preguntaré
qué hay
detrás
de la nada.
 
María Elena Tolosa
 
 
En la pared del baño de la escuela
rajada por la humedad,
los chicos pintaban escenas
de sexo explícito.
uno escribió en rojo:
“los profesores orinan aquí
nuestra libertad”
palabras que me atormentan cada día.
 
Susana Zazzetti

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