Una maratónica, tensa y por momentos dramática jornada se vivió ayer en la Cámara del Crimen de Villa María, en la primera audiencia de debate del juicio que se le sigue a un camionero local que está acusado de haber violado reiteradamente y por espacio de cuatro años a una joven de su entorno familiar cuando era menor de edad.
Se trata del proceso penal que se le sigue a Néstor Sebastián Vílchez, de 33 años (13 de enero de 1981), quien comparece imputado como presunto autor de “abuso sexual con acceso carnal, agravado y reiterado” (un delito que es reprimido con prisión de ocho a 20 años), “coacción” y “amenazas reiteradas”, por una serie de hechos que se habrían producido desde 2009 hasta 2012, en perjuicio de una adolescente que por entonces tenía entre 14 y 17 años.
La audiencia comenzó minutos antes de las 9 y concluyó pasadas las 17.30 cuando la abuela materna de la víctima sufrió una descompostura mientras prestaba testimonio, por lo que debió ser socorrida por personal del Cuerpo de Bomberos Voluntarios, que la trasladó hasta el Hospital Pasteur para su mejor atención.
Entre sollozos
Por la mañana, a poco de comenzado el juicio, la joven que padeció y denunció los abusos (actualmente de 19 años), declaró por espacio de casi tres horas y media, lapso durante el cual rompió en llanto en varias ocasiones, en medio de una profunda crisis emocional.
Si bien el debate se realizó a puertas cerradas por tratarse de hechos de instancia privada, pudo saberse que toda la audiencia se caracterizó por los momentos de tensión que se vivieron en el recinto ubicado en el quinto piso de Tribunales, ya que a la dramática declaración de la víctima se sumaron luego la de su madre y la de su abuela, quien se desmayó en pleno comparendo.
Vílchez está acusado de haber violado reiteradamente y por espacio de casi cuatro años a la jovencita, quien denunció los abusos apenas cumplió la mayoría de edad, lo que derivó en la inmediata detención del camionero, quien se encuentra privado de la libertad desde el 7 de enero de 2013.
Según refirió la víctima, los hechos se produjeron en fechas no precisadas, pero comprendidas entre 2009 y 2012, principalmente en la vivienda que ocupaba Vílchez en barrio Las Playas de Villa María.
Tras la lectura de la pieza acusatoria, el camionero se abstuvo de declarar y posteriormente ingresó a la sala la denunciante, quien testimonió extensamente en relación a los numerosos abusos padecidos desde que tenía 14 años.
Bajo amenazas
Durante su prolongada declaración, la jovencita se quebró en varias oportunidades al relatar las circunstancias en que se produjeron las violaciones, siempre bajo amenazas. Según trascendió, señaló que en una ocasión Vílchez la sometió sexualmente luego de colocar un arma de fuego sobre la almohada para intimidarla.
Ya en las primeras horas de la tarde y luego de un cuarto intermedio, declaró la madre de la víctima, quien también aportó detalles del caso e incluso fue careada con el camionero a raíz de algunas contradicciones entre los dichos de uno y otro.
La maratónica jornada continuó con el testimonio de la abuela materna de la joven, quien también declaró afectada por una severa crisis nerviosa, a tal punto que sufrió una descompostura y se desmayó en plena sala, circunstancia que obligó a la camarista Silvia Saslavsky de Camandone a disponer un cuarto intermedio para que la mujer fuera auxiliada por personal de Bomberos, que la trasladó hasta el Hospital Pasteur.
El debate continuará recién mañana, desde las 8.30, con la recepción de más testimonios, y se especula que por la tarde se escucharán los alegatos y es probable que se dicte sentencia.
Además de la jueza Saslavsky, intervienen en este proceso el fiscal Francisco Márquez, el abogado villamariense Donato Ansalone (representa a la víctima, quien se constituyó en la causa como querellante particular) y el letrado Francisco Lavisse, oriundo de Marcos Juárez, quien ejerce la Defensa de Vílchez.
Foto 2 y 3: El camionero es defendido por el abogado marcosjuarence Francisco Lavisse. En tanto, el fiscal Francisco Márquez es secundado en la acusación por el letrado local Donato Ansalone, que representa a la víctima como querellante