El fin de semana próximo se llevará a cabo en todas las iglesias católicas de Argentina la Colecta Anual de Cáritas, que se distribuye para el funcionamiento de esa organización solidaria en porcentajes para el país, la Diócesis y la parroquia.
De todas las áreas que funcionan en Cáritas Diocesana, la de Vivienda ha provocado mayores transformaciones en la vida de la gente, por el impacto que tiene el acceso a la casa propia por el modelo de autoconstrucción.
El programa habitacional surgió en Cáritas Argentina en 1984, para “reconstruir con esperanza” las casas destruidas por una inundación.
Esa obra llamó la atención de los dirigentes de Cáritas Villa María y decidieron viajar a Buenos Aires para interiorizarse del sistema. Entre los que dieron ese primer paso estaba Alejandro Prato, responsable técnico, y el coordinador del área David Ruiz.
“El desafío fue armar un equipo interdisciplinario para abordar no sólo la construcción de la vivienda, sino también promover al ser humano”, indicaron.
Es por eso que desde entonces funciona un departamento Técnico, uno Social y uno Administrativo de manera coordinada.
Modelo de organización
“Fue novedosa esa conexión entre áreas tan distintas, que lo tomaron a nivel nacional para los siguientes planes”, indicaron Prato y Ruiz.
En 2004, cuando empezaron con el primer proyecto, nadie los conocía. “Teníamos que sentarnos a hablar con los intendentes de los pueblos de la Diócesis para pedir que donaran terrenos. Al principio fue más duro, pero ahora, que ya nos conocen, no tenemos ese primer escollo”, indicaron.
Hoy, son modelo de organización. Ellos mismos se sorprenden cuando los convocan a foros internacionales para que relaten la experiencia. Organizaciones que tienen como referentes a conocidos arquitectos viajan a Villa María para preguntar cómo hacen. Municipalidades modelo, como Rafaela, mandan a los funcionarios a capacitarse en Cáritas, sólo por citar algunos ejemplos.
“Lo que sorprende es la magnitud de lo que hicimos con poca plata. Porque los fondos llegan, en el mejor de los casos, después de un año de presentado el proyecto. O sea que vamos detrás de la inflación. El secreto es hacer que la plata sea destinada íntegramente a lo que corresponde, pelear precios como si estuviéramos construyendo con nuestro bolsillo y administrar correctamente”, explicaron.
Dos grupos poblacionales
Desde 2004 a la fecha llevan entregadas 800 casas, están terminando 200 más (lo que hace un total de 1.000) y en carpeta, con proyectos presentados, suman 500 unidades habitacionales.
Tienen dos grupos poblacionales a los que benefician los programas. “Uno es para pobres estructurales, que construyen sus casas sobre terrenos donados por el municipio”, indicaron. “Pero también hay planes para clase media empobrecida, que llegó a tener un terreno pero se hace difícil la construcción”, agregaron.
“Para nosotros, pobreza es falta de oportunidad. Ese concepto engloba a todos”, indicó Ruiz.
“El trabajo, una vez aprobados los proyectos, se funda en una analogía entre lo técnico y lo social. Cuando hacemos los cimientos de la casa, en las reuniones de grupos hablamos de la fundación de la familia en base a valores. Cuando hacemos el techo, abordamos la importancia de la protección del hogar”, ejemplificó Prato.
Para evitar que se desaprovecharan las instalaciones hicieron un manual de uso. “Hay cosas simples, como el uso del interruptor de luz o el bidé. Hay gente que se construyó su casa pero nunca había vivido bajo un techo de material o con instalaciones sanitarias y eléctricas”, agregó Prato.
Confiesa que como profesional, el trabajo en Cáritas le “cambió la cabeza”. “En la facultad nos cansamos de diseñar grandes hospitales o aeropuertos y te encontrás con esta situación, trabajando con pobres estructurales, que te hace repensar tu formación y la necesidad de aprender”, indicó.
La otra finalidad del programa habitacional es generar mano de obra, dado que en el proceso de autoconstrucción el que no tiene empleo puede construir su propia casa. Para ello recibe capacitación, lo que le permite ir adquiriendo un oficio. “Es muy diferente a los programas llave en mano. Acá, la gente se involucra desde los cimientos hasta la terminación de la obra”, indicaron.
Ambos coincidieron en destacar la labor de la mujer en el proceso de autoconstrucción. “El hombre trabaja, pero la mujer, que la ve como una necesidad, como un hogar, le pone alma y vida”, explicaron. Hay casos de viviendas erigidas totalmente por mujeres, como los grupos habitacionales de Dalmacio Vélez, Silvio Pellico y General Roca.
“El proceso de construcción es una escuela de valores. Porque se hace un trabajo comunitario y solidario”, agregaron.
Es por eso que la Colecta Anual del 7 y 8 de junio dará a todos la posibilidad de aportar un grano de arena para que la obra de Cáritas Villa María continúe su marcha.