“La idea no es bajar línea sobre drogas como para que en ese contexto los adolescentes acaten y repitan. Lo importante es que puedan debatir, pensar, difundir y hacer algo”.
Esto dijo ayer a EL DIARIO la licenciada en Psicología Mariana Prieto, del Ministerio de Educación de la Nación, al ser abordada en el marco del “Contá conmigo”, una actividad organizada desde la Universidad Popular, la Subsecretaría de Prevención de Adicciones y Derechos Humanos y el Consejo Municipal de la Salud de Villa María, en la que se trabajó la problemática de las adicciones.
Silvia Longo, presidenta de la UP, resaltó que más de 150 alumnos pertenecientes a nueve escuelas de la ciudad dijeron presente en el Centro “Leonardo Favio” para reflexionar sobre el consumo de alcohol.
Rodeada de adolescentes que se unieron en diferentes grupos para hablar de la temática, Mariana Prieto explicó que decidieron hacer hincapié en el alcohol por su accesibilidad y para que “puedan debatir, poner en juego sus representaciones y hablar un poco más del tema con objetividad y libertad”. Resaltó que en drogas influyen diversos asuntos y que “no es una cuestión unilateral”, por lo que se trabajó sociedad de consumo, medios de comunicación y publicidades, entre otros tópicos.
Consultada sobre cómo reaccionan los chicos ante la propuesta de abordar el tema vinculándose en grupos, argumentó que “la temática tiene bastantes niveles, uno es de exposición y de intimidad, algunos abiertamente pueden hablar del asunto, otros reírse; lo que tratamos es evitar eso y por eso nos centramos en grupos, para que traten de escucharse”.
“Nosotros decíamos que hasta los medios de comunicación reflejan que si te pones unas zapatillas Nike sos más lindo, el consumo es muy poco responsable y en ese mismo juego la idea es poder empezar a desnaturalizar consumos”, subrayó.
Así, sostuvo que los jóvenes saben de los daños que ocasionan las drogas, pero estiman que “le va a suceder a otro; es como el tabaco, las imágenes en los paquetes de cigarrillos no dejan que la gente deje de fumar, una cosa es estar informado y otras es que se tenga tan naturalizado que no se puede hacer otra cosa”.
Uno de los aspectos principales de la actividad se dio cuando los chicos armaron mensajes para dejar a sus pares de 13 ó 14 años.
Prieto contó que, en general, “dejan mensajes muy promisorios” y enfatizó que “si pueden trabajar libremente y no repetir algo que tenga que ver con lo que un adulto espera, si no trabajan para el 10 (como calificación), entonces sí son muy originales y apuestan al cuidado, a que (los chicos) no estén solos”.
En cuanto a sustancias ilegales, se trabaja más desde la ley, desde la transgresión, la despenalización y demás.
Educación, una mirada más amplia
La profesional dijo que es “interesante que el Ministerio de Educación toma cartas en el asunto, eso habla que se abre el abanico desde otro lugar, antes era desde el Ministerio de Salud, desde Seguridad”. No obstante, ante preguntas, aclaró que “la educación es una herramienta más. En esta temática pareciera que siempre se apuesta a que haya alguien que tenga la verdad y ese es el error, no hay una verdad definida: quizás educación pueda tener un mensaje más amplio, porque desde Seguridad obvio que se apuntará al delito; desde Salud, a la enfermedad. Educación permite abrir el tema en otros términos y ampliar responsabilidades”.