Pasaron 126 días de la desaparición de Mariela Bortot, la mujer de 41 años de Inriville, y el caso aún sigue en la etapa de su búsqueda.
Una estancia
Mientras en las postrimerías del mes pasado toda la atención de la Fiscalía de Instrucción de Corral de Bustos, a cargo de Gustavo Zucchiatti, estuvo dirigida al rastrillaje del basural de Bell Ville, durante los últimos días se prosiguió la investigación en la estancia “La Redención”, propiedad del intendente de Inriville, Marcos Rodrigué, cuyo cuidado y vigilancia estaba a cargo del hasta hoy único detenido por la ausencia de la mujer, el expolicía Jorge Orellano.
Dos perros adiestrados especialmente en el rescate de personas atrapadas o fallecidas “marcaron” varios puntos de la mencionada estancia, en cuyo predio, a la vera del río, fue encontrada poco después de la desaparición de Bortot la ojota que, según reconocieron sus dos hijas, pertenecía y era habitualmente utilizada por su madre.
“Los animales se alteraron, detectaron ‘olores’”, refirieron fuentes vinculadas a la investigación, razón por la cual se decidió poner toda la atención en un nuevo rastrillaje en ese predio rural.
Para los investigadores la reacción de los canes no es fortuita ni especulativa, por lo que necesariamente “rastrearon algo”. No son perros comunes, ya que se trata de animales que tuvieron una activa participación en el rescate de las víctimas tras la trágica explosión en un edificio de Rosario ocurrida en agosto pasado.
“Son los perros del Cuartel de Bomberos de Alcorta, de Santa Fe, animales que venían siendo reclamados por las hijas de Mariela para que se sumaran al trabajo de búsqueda”, añadió otro informante de la causa.
Peritaje
Hasta ahora, lo que se perita son dos bolsas con restos de sangre que se encontraron en el basural de Bell Ville, aunque aún no se sabe si se trata de material humano y, en todo caso que fuera así, tampoco está determinado que pertenezcan a Mariela.
Así también, se aguardan los resultados de los análisis de ADN de los cabellos que fueron encontrados en el interior del expolicía Orellano.
Por otro lado, también restan conocerse las conclusiones a la que arribó la pericia policial acerca de los teléfonos celulares pertenecientes, uno, a una mujer cercana a Orellano y, otro, a una persona del entorno de Bortot.
Semicerteza
Pese al hallazgo de las bolsas con restos de sangre a las que llegaron a través de los perros rastreadores, los investigadores son escépticos con esta versión. Es que la principal hipótesis avanza en que Mariela desapareció luego de subirse a un auto de un conocido, ya que no hay testigos que hayan presenciado alguna situación forzosa o llamativa aquel día.
Además la mujer, que caminaba realizando siempre el mismo circuito, se habría salido del mismo a propósito, lo que marca la pauta de que algún conocido le pudo haber realizado señas para que se acercara.