Aceptable cantidad de público se había llegado hasta la cancha de Alem para ver el cotejo.
La parcialidad local era la que predominaba porque Unión Central (que se vestía de anfitrión) tenía la posibilidad de clasificar a los play off, más allá que dependía de otros resultados. Y del otro lado se presentaba Colón, ya sin chances de clasificación y tratando de cerrar mejor un torneo que le fue esquivo desde un comienzo y que tratará de olvidar rápidamente.
El planteo ofensivo ideado por Jorge Negrette no podía materializarse, más allá del esquema. Las buenas intensiones del local quedaban sólo en eso y se diluían en tres cuartos de cancha. Paul Marinelli intentaba manejar los hilos, pero una tempranera lesión en el tobillo le impedía jugar con comodidad.
Del lado visitante las cosas no eran tan diferentes. Desde afuera se notaba a un equipo desganado, que jugaba sólo por cumplir.
La línea defensiva marcaba bien, pero rechazaba con pelotazos sin sentido; el medio campo estaba completamente confundido y el ataque no existía. Este combo alteraba al joven técnico Martín Conti, que ya no sabía a qué ademán ni a qué palabra recurrir para que sus dirigidos hicieran lo que él pretendía. Para males, apenas pasados los 10 minutos, Navarro debió irse por una lesión muscular.
Sin embargo, cuando los bostezos abundaban y se iban los primeros 45 minutos, Cristian Reynoso se fue expulsado tras cometerle una infantil infracción a Agustín Tais dentro del área. Y allí Gustavo Cardona cambió la sanción por gol desde los 12 pasos, para despedirse con toda la gloria del club que lo vio brillar durante dos décadas.
Sin merecerlo, y sin siquiera llegar al arco rival, Colón se ponía en ventaja. Pero poco le duró la alegría, porque a los 47’, el juez cobró un dudoso penal a favor del local, y Cabrera empató para el conjunto de calle Rucci.
El complemento fue más entretenido porque Unión fue decididamente en busca del triunfo y esto posibilitó que Colón contara con varias chances de aumentar vía contragolpe.
La figura de Marinelli se acrecentó en el local, con los ingresos de Doñabeitía y Vega, pero los de Negrette nunca tuvieron la capacidad de poder culminar con claridad sus oportunidades.
El colorado mediocampista aportó claridad, serenidad y firmeza a la mitad de cancha, mientras que Vega demostró habilidad con el balón y fue el compañero ideal de Paul en ofensiva.
Sin embargo, a pesar del esfuerzo de García en ataque, los minutos pasaron, las esperanzas se esfumaron y, al igual que Colón, Unión terminó empatando y despidiéndose del campeonato.