Escribe Richard Kamienski*, desde París

 

"Dicen que viajando se fortalece el corazón...", expresa en una canción el rosarino Litto Nebbia. Y es así. Y muchas veces, como en este caso, es a través del contacto con la grandeza humana que se nos pone más fuerte el corazón...

Conozco a mi entrevistada hace muchos años -nos une una formidable amistad desde la niñez y adolescencia- y, en razón de ello, puedo afirmar que hay ocasiones en las cuales la distancia no aleja, sino que acerca, une más.

Hablo de Celina Capriotti, nacida en Villa María en el seno de una familia tradicional de nuestra ciudad. Es la segunda de los cinco hijos del recordado doctor César Capriotti y su esposa, María de la Viña. Es, por lo tanto, la hermana de Sergio, Pedro, Darío y Rosana. Y es también la madre de tres hijos, Gabriel, Damián y Ana, a quienes sigue mirando y mimando como niños, cuando ya son mayores y muy independientes.

Se puede sentir ese afecto maternal, a la vez que se comprueba cómo ha colaborado a forjar esa libertad individual de cada uno de ellos hasta transformarlos en seres independientes para enfrentar la vida, poniéndoles a su alcance todos los medios, comenzando por su formación profesional. 

La muy querida “Tati” se formó entre el cariño de sus maestros y compañeros de la Escuela José Ingenieros y el Instituto Secundario Bernardino Rivadavia, del cual fue abanderada en 1967, el año de su promoción.

Algo que me comenta rápidamente es que con sus compañeros de clase mantiene “fuertes vínculos” y que no pierde oportunidad de comunicarse con ellos.

 Estudió Medicina en Rosario, donde se graduó para formarse luego como médica psiquiatra, con especialización en niños y adolescentes. Esta especialidad le dio un enorme prestigio aquí, en Francia, y es constante su trabajo en su consultorio particular.

La enorme generosidad de Celina quedó una vez más demostrada en esta visita que le realizo en Francia. Preparó todo para atenderme durante estos días y hacer de "Cicerone" en París, Versalles y demás lugares donde con su coche o en el tren me llevó a recorrer, para que vea y admire.

 

A disfrutar

 

"Quiero que disfrutes de estos lugares que contienen parte de la historia de este enorme país, que admires los grandes monumentos y los edificios que se construyeron hace varios siglos y que se mantienen maravillosos para millones de franceses y turistas que provienen de todo el mundo y durante todo el tiempo, para que los compartas con tus televidentes y lectores".

Filmo cada momento, en cada lugar. La cámara me dice que tengo más de seis horas registradas para unos cuantos programas “De aquí para allá”, del canal local, y mucho material para ilustrar las notas de EL DIARIO.

 

Sabe todo lo que pasa en la “Villa”

 

Cuando le digo que nuestras charlas formarán parte del primer envío, precisamente, para su publicación en EL DIARIO, me dice que lo lee “absolutamente todos los días a través de la página online”. Y es muy gracioso porque entonces comenzó a comentarme uno tras otro los temas de actualidad de Villa María y me di cuenta de que está más enterada que yo de lo que pasa o pasó en la Villa y en la región. La verdad es que es muy lindo eso de saber que la ciudad es seguida a la distancia a través del medio de la cooperativa de trabajo. 

Fuimos a comer a restaurantes típicos de París, tomamos café en barcitos que veíamos en las pelis del Opera o del Broadway, caminamos por las callecitas del barrio Latino, por Monmartre, por los parques aledaños a la Torre Eiffel, por los Campos Elyseos. Fuimos a ver cómo vivía el Rey Sol, Luis XIV, en el Palacio de Versalles junto a María Antonieta y sus tres hijos.

"Estoy muy contenta de poder llevarlos a pasear imaginariamente a tus televidentes y lectores por estos lugares, que cuando fueron creados, los realizaron pensando en las generaciones futuras y utilizando todas las ciencias que estaban al alcance en esos momentos”, me dijo.

Y también señaló que “las obras que se ven ahora, de reparación y puesta en valor constantes en esos edificios y monumentos, son muy importantes, ya que se trata del patrimonio no sólo de los franceses, sino de la humanidad”.

Todas las definiciones de “Tati” dejan la impresión de autenticidad, de ser certeras y precisas, ya que ella se preocupa por saber sobre cada cosa. Es una gran lectora y no deja escapar oportunidad de hacerlo en voz alta para que yo escuche su relato. 

Hemos andado hasta perdernos por las calles de París, con la sonrisa de oreja a oreja que por momentos se transformó en alegres carcajadas. "Dale, levantá la cámara y filmá esto... ¡Mirá qué bueno! Bajá la lente hacia allá...". Me dirigía todo el tiempo para que no perdiera nada importante.

Y, eso sí, “grabemos un saludo para los míos y para toda la gente de mi querida Villa María, a la que recuerdo y pienso cada día desde aquí”.

Un genial comienzo del nuevo viaje por Europa es lo que representa esta visita a Francia, degustada la amistad sorbo a sorbo, metro a metro... 

Espero que hayan disfrutado tanto como yo. Y en la próxima, compartiremos mucho más material. 

*Productor y conductor del programa 

“De aquí, para allá”, de Canal 9 Miratey colaborador de EL DIARIO, desde Europa