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8 de Junio de 2014
Darío Falconi, poeta villamariense del tercer milenio
Como un pez en el río multicultural
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Acaba de aparecer “Agua”, el segundo poemario de Darío Falconi. Con una campaña de promoción multimedia sin precedentes en la ciudad, el libro se presentará el próximo jueves a las 20.30 en el Centro Cultural Comunitario. Siguiendo un concepto ecléctico, habrá música en vivo a cargo de Eduardo Elía y muestra de pintura de Darío Doñate Alvarez y Emilio Rosso




Quienes hayan mirado las vidrieras de las librerías y centros culturales de la ciudad en los últimos días, seguramente han repararon en un afiche con un muchacho sumergido en una bañadera de libros. El paseante desprevenido tal vez pensó que se trataba de una propaganda para una obra de teatro, acaso el unipersonal de un actor porteño que presentará en la ciudad un monólogo vanguardista. Pero no es así. El afiche no corresponde al teatro sino a las letras. Más precisamente a la presentación de un libro de poemas. Si a esto se le agrega un “booktrailer” que acaba de aparecer en la red (y que Falconi envía denodadamente a sus contactos) estaremos hablando de un hecho inédito en la literatura villamariense en cuanto a promoción se refiere. En el mencionado “booktrailer” (una “cola” cinematográfica de 4 minutos pero sobre un libro) Falconi va mucho más lejos que en la foto de la bañadera. Frente a las cámaras, el poeta-editor se pone la “pilcha de actor” en el sentido metafórico y un traje de buzo en el sentido más real del mundo. Y así, con patas de ranas y antiparras, el Falconi-actor camina por la calle Mendoza y luego bordea el río en donde se hamaca una sirena, mientras el Falconi-poeta lee sus versos en off. Luego, en las aguas marrones, el hombre rana libera un anaranjado pez de mar; el mismo que tenía en una jarra en su heladera. Acaso una metáfora de su camaleónica figura en las aguas tranquilas de esta ciudad. Acaso un intento de poner colores flúor en la apagada monocromía local. Lo cierto es que esta “osadía de promoción” acaso se inscriba en nuevas corrientes fluviales y estéticas ignoradas absolutamente por este sencillo y desconfiado cronista. Acaso Falconi (me digo) pretenda, mediante el uso de varios soportes inscribirse en un universo multimedia. Acaso quiera (me vuelvo a decir) formar parte de una concepción absolutamente novedosa de lo que es un libro, y para eso quiera traspasar las fronteras del papel y la palabra. Pero ¿se pueden traspasar esas fronteras y seguir haciendo “literatura”? (es una pregunta que me hago en calidad de simple mortal). Para Darío Falconi, evidentemente, la respuesta es un “sí” del tamaño de un juramento presidencial; ya que en él la apuesta multimedia es parte de su naturaleza. Casi podría decirse una continuidad de su propia biología. Como un anfibio que puede respirar igualmente con branquias o pulmones así en el agua como en la tierra. Como un artista del nuevo milenio cuya apuesta es extender los límites hacia todas las direcciones en busca de una nueva dimensión poética y existencial. Como un hombre-pez que, al igual que el Oannes mesopotámico (el Dios anfibio que le enseñó el alfabeto y la escritura a los sumerios) quiere emerger a la superficie de este mundo lleno de nuevas palabras.
 
Mundo anfibio: de la introspección de la escritura a la promoción en el mundo exterior
 
-Has promocionado tu libro como ningún autor lo ha hecho en esta ciudad. ¿Cómo surge el uso de tu figura personal en semejante empresa?
-Me gustan los libros que poseen elementos que van más allá del texto. Aunque no es lo más importante, creo que aportan un plus y lo enriquecen desde otro lado. Más aún, creo en redoblar la apuesta y que en lo icónico participe el mismo autor. En mi caso, puede que las imágenes sean irónicas, pero las considero más artísticas. Y no creas que para mí es fácil hacerlas, porque la actitud de exponerse no es lo mejor que me sale. Pero lo tomo como algo lúdico, ponerse en personaje, mostrarse de manera inusual.
-Tu foto en la bañadera ya es un ícono en las vidrieras de la ciudad. ¿Fue idea tuya?
-No. Esa foto es un acierto de Pablo Costantino Felipe, fotógrafo de “Border Estudio”. Lo fui a ver y le dije que quería una imagen de solapa diferente, no la clásica pose que sale en la mayoría de los libros. Luego de pensar varios días entre los dos, él dio en la tecla.
-También hay un “booktrailer” de “Agua”, algo inédito en la ciudad…
-Sí. El y el copyright del video es de Ayllu Audiovisuales, una productora de acá. ¡El booktrailer salió muy lindo!
-¿Cómo absorbés esa exposición de tu propia imagen?
-A veces hasta me da un poco de pudor, porque pareciera que soy un ególatra. Pero no es así. Lo tomo como una tarea más dentro de todas las que tiene el oficio editorial. Y dado que soy el autor y editor, cumplo prácticamente con todos los roles. Autopromocionarme es una de las cosas que menos me gustan, pero si no lo hago yo, ¿quién lo va a hacer?
-¿Creés que un libro de poemas debe "promocionarse"? 
-En algún momento pensé que no, que uno no debería hacer nada para dar a conocer un libro de poemas sino que cada libro debía abrirse camino por sí mismo. Eso pensé con mi poemario anterior e hice lo mínimo por darlo a conocer. Es más, fueron los amigos que me “obligaron” a socializarlo. Simplemente yo quería publicarlo y moverlo un tanto subterráneamente. El tiempo pasó y esta experiencia finalmente no me convenció del todo, porque en definitiva uno publica para que otros te lean.
-¿Y qué pasó en “Agua” que cambiaste radicalmente de estrategia?
-Hacía mucho que soñaba con hacer “Agua” de la manera en que salió, con detalles de edición y hasta con un CD. Me dije a mí mismo que para semejante publicación (y me refiero al objeto) debía hacer todo lo posible por darlo a conocer y así lo estoy haciendo. El año pasado en Argentina, se publicaron casi 28.000 libros. Y es difícil hacerse lugar desde una pequeña editorial en ese maremágnum, máxime desde el interior. Quiero que la gente sepa que el libro existe. Después será cada lector quien valore o no la obra en sí misma. El fin último no es una ganancia económica sino sumar lectores y amigos.
 
Acerca de un libro azul como una manzana
 
-Contame cómo nace ese poemario que gira alrededor del líquido elemento…
-Por alguna razón que no puedo explicar fácilmente, el agua siempre estuvo presente en mí. Innumerables son los momentos que han tenido que ver con el agua a nivel personal. Desde mi nacimiento en una lluviosa madrugada del 79 a mi niñez cuando me escapaba al río de mi ciudad natal en las siestas de verano. Incluso lo hago en la actualidad, en donde tengo la fortuna de vivir en una ciudad surcada por el mismo río de mis primeros años. Tenía poemas y muchas ideas que rondaban en torno al agua y sus diversas manifestaciones. Así que decidí escribir este libro estando en México, cuando visitaba a quien es hoy mi compañera de vida.
-¿Podría decirse que en cierto modo tu libro es “ecologista”?
-Creo que es un libro más humano, en que los versos retratan situaciones cotidianas y actitudes de los hombres con otros hombres y con el medio en el que viven. Posee ciertos elementos que tienen que ver con la ecología y el medio ambiente porque irrenunciablemente estamos dentro de él. Vivimos en un mundo de agua y nuestra existencia dependerá del cuidado que le demos y de la conciencia que tomemos al respecto.
-¿Qué diferencias o similitudes encontrás entre tu primer poemario y este?
-“De barro y carne” estuvo cargado de una oscura dosis referencial que se manifestó en poemas más crudos. En él mostraba ciertas preocupaciones y las exponía de una manera más violenta. “Agua” viene a lavar ese barro y a mostrar otros versos en donde, creo, me he soltado un poco más, aunque no todo lo que quisiera. Creo que he crecido un poco más como escritor; pero también sé que falta mucho por leer y escribir.
-¿Cómo complementás tu vida de escritor con la de editor? 
-Mi vida de escritor siempre quedó relegada a la disponibilidad de tiempos que casi siempre dediqué a los demás, postergándome. En ese sentido creo que el trabajo de editor atenta contra el de poeta. Desde no hace mucho, intento dedicarme más a mí. Quizás la evidencia más palpable sea que mi primer poemario es de 2010, mientras que “Agua” es de 2014 y ya tengo casi listo el próximo, que no tiene nada que ver con estos dos.
-Tu libro fue prologado y será presentado por Oscar Conde, poeta de Buenos Aires y estudioso del rock argentino y el tango… 
-Oscar llegó a la UNVM a dictar un taller, precisamente sobre poéticas del tango y el rock que cursé, no sólo por trabajar en la universidad sino porque me interesaba la temática. Me obsequió uno de sus libros y yo le di el mío de rock villamariense. El tiempo pasaba y yo seguía con mi original de “Agua”, trabajándolo. Hasta que un día decidí enviárselo y consultarle si le interesaría prologarlo. Me dijo que lo iba a leer y que sólo podría escribir al respecto si el libro le gustaba. Parece que le gustó. No sólo eso, sino que realizó un montón de observaciones y sugerencias profundas que agradezco enormemente.
-Ya que hablamos del tema ¿qué hay de "rock" en tu libro?
-¿De rock en mi libro? Quizás alguna actitud irreverente de decir las cosas. También en eso de ir al frente y entregarlo todo. Y por cierto, el CD que lo acompaña, otra manera de salir a escena. Hay también un epígrafe de alguna banda de rock nacional y no más que eso.
-¿Por qué la inclusión de un CD leído por vos?
-Obedece a un gusto personal, el de ofrecerle algo más al lector. Que tenga un plus, algo que cuando se acabe la lectura permita ofrecer otra experiencia del mismo libro. Eso sí, recomiendo escucharlo después de la lectura. Me gusta mucho escuchar las voces de los propios autores de los textos. A veces me encuentro con lecturas muy buenas que realzan los poemas y otras en donde el mismo autor los hunde. Espero que en mi caso sea lo primero.
-Hay muchos poemas tuyos dedicados a poetas villamarienses. ¿Qué significan esos poetas y sus poéticas para vos?
-Las dedicatorias están allí por afectos, por un reconocimiento a la palabra de cada uno, porque me hace bien obsequiar algún verso por tantos otros que he recibido como lector. Algunos son muy personales y tienen que ver con una amistad. Otros porque la poesía de esos autores me conmueve o porque logro rescatar algunos versos que tenían que ver con la temática del libro o del poema. Creo que es una manera de agradecer y hacer eco de voces que merecen ser escuchadas.
 
Iván Wielikosielek


 

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